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Es pprobable que duermas con la puerta abierta. Es normal, no te preocupes. Según la Organización de Ciencias de la Seguridad UL, el 60% de las personas lo hace. Los motivos más habituales para ello son el agobio, el calor o la sensación de seguridad. Sin embargo, para la Firefighter Safety Research Institute (FSRI) de Estados Unidos, dormir con la puerta cerrada es más seguro que hacerlo con ella abierta.
El mundo en el que vivimos es más seguro que el del pasado siglo, los coches pueden soportar mayores impactos que antes si sufren un accidente, está prohibido fumar en locales cerrados con la consiguiente disminución del número de fumadores pasivos y un largo etcétera de estándares de seguridad habitualmente incorporados a las legislaciones occidentales, pero en lo referente a los incendios domésticos, el progreso en nuestros domicilios los ha convertido en más peligrosos que nunca.
El exponencial incremento del uso de materiales sintéticos tanto en la construcción de la vivienda como en los muebles que la decoran hace que una puerta cerrada marque la diferencia entre sobrevivir o no a un siniestro doméstico porque esta abundancia de materiales ha reducido la posibilidad de escapar un incendio de 17 minutos a sólo tres y las probabilidades de morir en un incendio dentro de una vivienda son más de las que existían hace 40 años.
La explicación es que las viviendas de hoy tienen menos habitaciones que las de 1980 y hay mayor conexión entre ellas, con lo que en caso de incendio el fuego se propaga con mayor facilidad y el humo que se produce es mucho más tóxico, algo que sucedería con mayor dificultad en el dormitorio si su puerta estuviera cerrada.
Además, durante un incendio, la temperatura que se alcanza en una habitación puede superar los 500 grados, mientras que en una cerrada podría no llegar a superar los 40 y huir del humo es más sencillo cuando la puerta está cerrada porque no puede circular por la casa con tanta facilidad. No hay que olvidar que durante un incendio cada segundo puede ser vital.