Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLa pérdida de masa ósea está estrechamente ligada a la menopausia. Pero ¿por qué ocurre esta pérdida en este momento concreto de la vida de las mujeres? Lo cierto es que esta destrucción del hueso, o osteoporosis, comienza mucho antes, aunque se acelera durante la menopausia. Veamos por qué.
El hueso es un tejido como la piel que está en continuo proceso de renovación; es lo que llamamos recambio óseo. En este proceso participan dos tipos de células, las que se encargan de eliminar la parte más vieja del hueso y otras que se dedican a reconstruir con hueso nuevo.
Uno de los reguladores de este proceso son los estrógenos, una hormona que se produce en los ovarios durante la época fértil de la mujer y que ayuda a proteger los huesos. Cuando se llega a la menopausia, disminuyen los niveles de estrógenos, por lo que el proceso de recambio óseo se altera y se acelera el ritmo de pérdida de hueso.
Esto significa que las mujeres pierdan a su protector de huesos y hace que aparezca la osteoporosis: una pérdida progresiva de masa ósea y un deterioro de la calidad del hueso que predispone a las mujeres a un mayor riesgo de fracturas.
Sin embargo, no todas sufren esa pérdida de masa ósea al mismo ritmo. Hay condicionantes que aumentan ese riesgo. Es el caso de mujeres que han tenido una menopausia precoz (antes de los 40 años), fuma, no realiza ejercicio, tiene antecedentes familiares, consume alcohol o tabaco, por ejemplo. También influyen los tratamientos prolongados con corticoides, hormonas tiroideas o ansiolíticos. Sin embargo, la pérdida ósea depende en gran parte de los hábitos saludables.
Los médicos recomiendan precisamente hábitos saludables para garantizar el mantenimiento de la masa ósea: tomar suficiente calcio a través de la dieta (lácteos, verduras de hoja verde, legumbres, etc.), hacer ejercicio de forma regular y evitar el tabaco y el alcohol.
También inciden otros factores, como la falta de vitamina D, que ayuda a absorber el calcio, el exceso de sal o diuréticos, que aumenta la cantidad de calcio expulsada por la orina.
Una de las molestias que algunas mujeres señalan durante la menopausia es que “les duelen los huesos”. Sin embargo, este síntoma no está relacionado con la osteoporosis. A esta dolencia se la conoce también como la epidemia silenciosa, precisamente porque no provoca dolor a quien la padece.