Verónica Mollejo
Preguntas
Aparición de hematomas sin golpe en personas mayores: ¿a qué puede deberse?
Verónica Mollejo
Foto: Bigstockphoto
Viernes 29 de noviembre de 2019
ACTUALIZADO : Lunes 30 de noviembre de 2020 a las 10:41 H
7 minutos
Normalmente, los cardenales aparecen en la superficie de nuestra piel a causa de un traumatismo
Los hematomas o cardenales que aparecen en la capa más superficial de la piel suelen ser uno signo inequívoco de que el paciente ha sufrido algún tipo de golpe o traumatismo en la zona afectada. Esta mancha, de color azul amoratado, se produce por la acumulación de sangre u otro líquido corporal que después se filtra dentro del tejido blando que se encuentra debajo de nuestra piel.
Pero no siempre es así, pues dependiendo del lugar donde este se desarrolle puede clasificarse en tres tipos: subcutáneo, el más habitual y liviano; intramuscular, que es cuando se forma en la parte protuberante del músculo; y perióstico, el más grave y doloroso por afectar a un hueso en concreto. Asimismo, los hematomas suelen ir acompañados de otros síntomas como inflamación, dolor o esa decoloración de la piel tan característica.
Aunque a simple vista los hematomas estén vinculados a una causa que no reviste mayor gravedad, lo cierto es que también pueden aparecer sin que un golpe, lesión o caída lo haya propiciado. Una situación que nos obliga a acudir a nuestro médico de inmediato, pues en este caso sí puede tratarse de una afección que requiere una atención especializada. Bajo esta premisa, ¿qué puede haber detrás de este síntoma inesperado?
Recuento bajo de plaquetas
Este problema de salud, conocido también como trombocitopenia, suele estar provocado por otras enfermedades como la leucemia, algunos tipos de anemia, infecciones virales o trastornos en el sistema inmunitario. Uno de los síntomas es la tendencia a la formación de hematomas, además de sangrado superficial en la piel, las encías, la nariz e incluso con las heces y la orina. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, suele solucionarse con el paso de los días sin necesidad de un tratamiento.
Consumo de algunos medicamentos
No es ningún secreto que algunos medicamentos pueden producir efectos secundarios mientras combaten otras afecciones de mayor gravedad. Es el caso de la aspirina, los corticoides y, por supuesto, los anticoagulantes. Estos fármacos suelen debilitar los capilares, alterar la coagulación de la sangre o la función de las plaquetas, motivando así la aparición de dichos hematomas.
Falta de nutrientes
Como ya hemos visto en más de una ocasión, la alimentación está muy ligada a la salud del individuo. Por eso, si este presenta cualquier déficit de nutrientes, el organismo comenzará a dar señales de que algo no va bien. En este caso, los hematomas son un signo propio de la carencia de vitamina B12, que participa en la formación de la sangre; vitamina K, que se encarga de la coagulación de la misma; y vitamina C, que contribuye en la formación y el fortalecimiento de los tejidos, entre los que se encuentran los vasos sanguíneos.
Sin embargo, hay otro nutriente que suele pasar desapercibido y que, en este sentido, debemos tener en cuenta. Se trata de la vitamina P, también conocida como bioflavonoides, una molécula que es responsable de la producción del colágeno, cuya carencia provoca al mismo tiempo la debilitación de las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de hematomas.
Hemofilia
La hemofilia es una enfermedad hereditaria que se caracteriza por una deficiencia en alguno de los factores que componen el sistema de coagulación de la sangre. "El sistema de coagulación funciona gracias a 13 factores coagulantes que trabajan conjuntamente en lo que se llama la 'cascada de coagulación'. Si uno de estos factores no funciona bien, la cascada se interrumpe y se forma más lentamente el coágulo que impide el sangrado. Como consecuencia de esta interrupción en la cascada de coagulación, las lesiones o heridas sangran durante más tiempo del debido, pudiéndose producir hemorragias internas y externas", explican desde la Federación Española de Hemofilia (@fedhemo).
Ejercicio físico demasiado intenso
Si sueles practicar ejercicio con asiduidad y siguiendo un ritmo demasiado elevado, es posible que los hematomas espontáneos se produzcan por este motivo. Y es que, a veces, dicha actividad va acompañada de unos cambios bruscos en la circulación que inducen esa acumulación de sangre en la superficie de la piel. Para evitar este problema, los expertos aconsejan simplemente reducir un poco la magnitud de los ejercicios e hidratarse adecuadamente antes, durante y después de los mismos.
Púrpura
En los casos más graves, la aparición de hematomas sin motivo aparente puede deberse a esta enfermedad desconocida para la mayoría. "Como su nombre indica es una situación en la que la piel tiene manchas de ese color, violeta o púrpura, y se debe a que los hematíes han salido de los vasos, de las venas, por debajo de la piel, y allí han transformado su hemoglobina tomando ese color violeta", explican desde la Sociedad Española de Medicina Interna (@Sociedad_SEMI).
Muy frecuente en personas mayores, esta afección inmunitaria suele ocurrir cuando dicho sistema ataca y destruye por error las plaquetas, las cuales ayudan con la coagulación de la sangre. Es muy importante comenzar cuánto antes con el tratamiento, pues si dejamos que se desarrolle sin control puede llegar a ocasionar la muerte del paciente.