Marco Herrera
Preguntas
Cambios más habituales de los pechos con la edad y por qué se producen
Marco Herrera
Foto: BigStock
Viernes 14 de febrero de 2020
ACTUALIZADO : Viernes 14 de febrero de 2020 a las 12:15 H
6 minutos
Con menos elasticidad, los senos pierden firmeza, plenitud y pueden desarrollar apariencia estirada
Con el paso del tiempo, el tejido y la estructura de los senos comienzan a cambiar, algo que se debe a las diferencias en los niveles de hormonas reproductivas causadas por el proceso natural del envejecimiento. Como resultado de estos cambios, los pechos comienzan a perder su firmeza y plenitud, y también con la edad aumenta el riesgo de desarrollar patologías en esta zona del cuerpo, como fibromas, quistes y cáncer.
Hay que tener en cuenta que las mujeres de cualquier edad pueden desarrollar estas afecciones, por lo que es recomendable y necesario que se practiquen autoexámenes regulares de los senos para verificar si hay crecimientos. Bajo esta premisa, ¿qué causas puede haber detrás de esta situación?
¿A qué se debe el cambio de los senos?
Según un estudio publicado en la revista Offarm, de la editorial Elsevier, una de las principales causas de los cambios por envejecimiento en los senos es una disminución natural del estrógeno, la hormona reproductiva femenina. Esta cantidad mínima de estrógenos hace que la piel y el tejido conectivo de la mama se hidraten menos, haciéndola menos elástica. Al mismo tiempo, pierden firmeza y plenitud y pueden desarrollar una apariencia menos consistente, así que no es raro cambiar el tamaño de la copa del sujetador a medida que pasan los años. El tejido mamario denso se reemplaza por tejido graso a medida que continúa el proceso de envejecimiento.
Al mismo tiempo, la mayoría de los cambios ocurren alrededor de la menopausia, que es un proceso natural durante el cual se detienen la ovulación y la menstruación. Esta transición normalmente ocurre entre los 45 y los 55 años, y se está oficialmente en ella cuando no se ha tenido un período de 12 meses consecutivos.
Por último, las mujeres a las que se les han extirpado los ovarios quirúrgicamente pueden tener cambios en sus senos en cualquier momento, debido a la pérdida de hormonas.
Cambios comunes
Los cambios comunes que ocurren en los senos debido a la edad incluyen estrías, pezones apuntando hacia abajo, una apariencia alargada, estirada o aplanada; espacio más amplio entre los senos, bultos que pueden deberse a cambios fibroquísticos benignos o afecciones graves como el cáncer de mama.
Aunque es menos común, los senos también pueden mostrarse más fruncidos y enrojecidos, presentar un engrosamiento de la piel, secreción del pezón, dolor, bultos duros o un pecho significativamente diferente al otro. Estos cambios deben ser consultados de inmediato con un profesional médico.
Prevención
No hay una forma segura de prevenir los cambios relacionados con el envejecimiento en los senos, pero no fumar, o dejar de fumar si se hace actualmente, es importante para una buena salud de la piel y los tejidos. Dormir de manera adecuada y regular, comer una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente son los mejores aliados para promover un proceso de envejecimiento que no perjudique los senos de la mujer.
Alimentos que previenen enfermedades
Determinados alimentos ayudan a mejorar la salud de la piel y los senos, previniendo enfermedades como el cáncer de mama. ¿Cuáles puedes incluir en tu lista de la compra?
- Té verde. El té verde está vinculado a una serie de beneficios que van desde la pérdida de peso hasta el control de la presión arterial, ya que es rico en polifenoles y catequinas. Estos antioxidantes pueden ayudar a proteger las células del daño del ADN causado por los radicales libres.
- Fresas. Las fresas, como los arándanos, las bayas y las frambuesas negras, contienen altas cantidades de polifenoles, que pueden tener propiedades anticancerígenas. También son ricos en antioxidantes, como la vitamina C. Existe cierta evidencia de que pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de mama.
- Verduras crucíferas. Estas verduras son ricas en vitaminas antioxidantes y en fibra, además de contener glucosinolatos, un tipo de químico que puede tener propiedades para combatir el cáncer. Las verduras crucíferas más populares son el brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas, la rúcula, la col rizada y el repollo.
- Carotenoides. Los carotenoides se encuentran en muchas frutas y verduras rojas, anaranjadas, verdes oscuras y amarillas, y son alimentos ricos en vitamina A, luteína, betacaroteno y licopeno, los cuales podrían ser efectivos contra los radicales libres. Algunos ejemplos son las zanahorias, los tomates, los albaricoques y las patatas dulces. Hay algunos datos que indican que las dietas altas en estos alimentos reducen el riesgo de cáncer de mama, pero todavía se requieren más investigaciones al respecto.
- Ajo. Como parte de la familia de las verduras liliáceas, el ajo es conocido por su sabor y aroma. Sin embargo, puede haber una conexión entre una mayor ingesta de ajo y una reducción en el crecimiento de las células de cáncer de pecho. Los investigadores de un estudio de 2017 analizaron los efectos del ajo y otras verduras de este tipo en las células de cáncer de mama. Encontraron un efecto positivo tanto en el tumor dependiente del estrógeno como en el independiente del mismo.