Teresa Rey
Preguntas
Carne sintética: ¿es el futuro de nuestra alimentación?
El consumo de carne es muy elevado en los países desarrollados, por eso ya se barajan alternativas
La carne es uno de los alimentos que más se ingiere en los países desarrollados en la actualidad. España es por ejemplo el segundo país europeo que más carne consume por persona al año, según datos de Greenpeace. Además, el sector ganadero es responsable de aproximadamente el 18% de las emisiones de C02, tal y como se desprende de un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Ante este panorama ya se están ideando alternativas que han generado por un lado incredulidad y por otro cierta polémica: la creación de carne sintética.
Una hamburguesa ‘Frankestein’
La primera en aparecer fue en el año 2013, la Frankenburger: una hamburguesa procesada íntegramente en un laboratorio. Para su creación se usaron células madre bovinas y se eligió este nombre en alusión al personaje creado por la escritora Mary Shelley, es decir, Frankestein al que unieron su nombre culinario, burger (hamburguesa en alemán). El resultado fue fruto de un proyecto de investigación de la Universidad de Maastrich (Países Bajos), que desde hace años se dedica a estudiar la posibilidad de elaborar este tipo de carne.
Se necesitan tres meses para fabricar esta carne. Para ello se parte de células madre extraídas de los músculos de los animales, a partir de las cuales se genera nuevo tejido muscular. Estas células tienden a unirse de modo que crecen en volumen y dan lugar a filamentos de carne. El resultado no obstante es muy mejorable pues resulta un tanto insípida, y para darle esa tonalidad rojiza característica de las hamburguesas de “verdad”, hay que añadirle jugo de remolacha.
¿Pronto en los supermercados?
Las investigaciones aún siguen y hay quien apunta que dentro de poco, en uno o dos años, la carne sintética podría ser una realidad en los supermercados. No obstante, todavía queda camino por recorrer porque para que se puede comercializar de este modo, tiene que ser apta para el consumo humano cumpliendo con todos los requisitos se seguridad necesarios, además de aportar nutrientes.
Fabricar y consumir carne artificial podría ser una solución a las emisiones de CO2, pero a esta posibilidad aún le queda camino. Mientras tanto la FAO defiende que es necesario adoptar otras medidas cuyos objetivos principales consisten en aumentar la sostenibilidad del planeta. Entre ellas, aboga por una mejor gestión de las tierras destinadas a la ganadería, cuidar más la nutrición de los animales y el tratamiento del estiércol para reducir emisiones de metano y nitrógeno, usar otros procesos en la eliminación de desechos de animales en las unidades industriales de producción, y proteger más las zonas silvestres, entre otras actuaciones.