Verónica Mollejo
Preguntas
Signos que alertan de un caso de desnutrición en personas mayores
Este problema aparece cuando la ingesta de proteínas y calorías presenta una deficiencia
Aunque pueda parecer un problema propio de países subdesarrollados, lo cierto es que la desnutrición también afecta gravemente a la sociedad española, sobre todo a las personas que ya se encuentran en la tercera edad. Una realidad que, a lo largo de los años, ha sido confirmada por numerosos estudios científicos. Y es que los mayores que han superado la barrera de los 80 años se han convertido en uno de los grupos poblacionales peor alimentados. Y los datos van más allá.
Según la Fundación Española de la Nutrición (@FENnutricion), a través de su Libro Blanco de la Nutrición en España, hace tan solo unos años uno de cada cuatro ancianos sufría desnutrición. Una patología que, como su propio nombre indica, surge cuando el cuerpo humano no recibe la cantidad suficiente de nutrientes. Esto se debe, principalmente, a una mala alimentación o la presencia de ciertas afecciones que impiden que una persona digiera bien la comida o absorba los nutrientes correctamente.
Eso sí, en ocasiones "la desnutrición es muy leve y no causa ningún síntoma. Pero otras veces puede ser tan grave que el daño que causa al cuerpo es permanente", tal y como explican desde la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Bajo esta premisa, ¿cómo se puede identificar este problema antes de que sus efectos se vuelvan irreversibles?
Signos que alertan de un caso de desnutrición
Antes de tomar cartas en el asunto, resulta fundamental asegurarse de que el paciente realmente padece un caso claro de desnutrición. Para ello, existen diversas señales que pueden alertar de la situación, sobre todo a las personas más próximas al paciente. Una de ellas, como es natural, es la pérdida de masa muscular o grasa subcutánea. Desde Sanitas (@sanitas) aseguran que a esto se suman la existencia de edemas periféricos, evidencias de patologías óseas o signos propios de la deshidratación, como una orina demasiado oscura, piel seca, mareos, ojos hundidos o un sentimiento de apatía.
"Además, la deficiencia de diferentes nutrientes pueden reflejarse con otros síntomas que afecten a la piel, las mucosas, el sistema nervioso, la vista y otros órganos", añaden estos expertos. Ante esta situación de extrema gravedad, es preciso tomar ciertas medidas para que el paciente se recupere lo antes posible y no termine por desarrollar una patología que le acompañe el resto de su vida. En este sentido, ¿cómo se debe actuar si una persona mayor de nuestro entorno padece desnutrición?
Prevención y tratamiento de la desnutrición en mayores
En primer lugar, lo más conveniente es evitar que la desnutrición afecte a la salud del paciente. Para ello, hay que intentar que haga cuatro comidas al día, repletas de vitaminas, minerales, proteínas y, sobre todo, energía, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (@seggeriatria) en su Tratado de Geriatría para Residentes. ¿Cómo se consigue esto? A través del consumo de ingredientes como el atún, el huevo, el aceite de oliva, los frutos secos, los productos lácteos, las verduras o la fruta. Una alimentación básica que debe ser adaptada al estado de cada persona y siempre bajo los preceptos de un médico especialista.
No obstante, si el problema ya ha hecho acto de presencia, resulta fundamental actuar de inmediato para revertirlo sin mayores consencuencias. En este caso, es de vital importancia identificar la causa de la desnutrición, pues el abordaje del tratamiento dependerá en gran medida de ello. Por ejemplo, si el origen radica en una reacción adversa del consumo de ciertos medicamentos, será necesario cambiar dicha pauta. En cambio, si el problema es la disfagia o dificultad para tragar, el individuo se alimentará exclusivamente de alimentos cuya textura facilite este proceso.
Eso sí, como complemento, tanto el médico como los familiares del paciente deben hacer un seguimiento de su salud nutricional. Según Mayo Clinic (@MayoClinic), los pasos a seguir son los siguientes:
- En primer lugar, resulta conveniente monitorizar su peso semanalmente, para determinar a ciencia cierta su evolución.
- Además, se debe llevar un registro de su menú diario, dando prioridad a recetas saludables, variadas y ricas en nutrientes. Si el paciente se encuentra en el hospital, los platos escogidos cada día también deberán seguir esta recomendación.
- Saber en todo momento qué medicación debe tomar y para qué también es fundamental. "Lleva un registro de todos los medicamentos, la razón de cada medicamento, las dosis, los horarios de tratamiento y los posibles efectos secundarios", aconsejan desde Mayo Clinic.
- De igual forma, se debe fomentar la actividad física con el objetivo de avivar el apetito y fortelecer sus huesos y musculatura.
Frente a todos estos patrones, la colaboración entre el médico, el paciente y sus familares debe darse en cualquier caso, para así evaluar el estado del enfermo, aportar recomendaciones, cambiar los medicamentos recetados o evaluar los posibles efectos de este cambio de vida.