¿Cómo afecta la menopausia a los síntomas y el desarrollo de los fibromas?

Los fibromas uterinos, también conocidos como miomas, son pequeños tumores benignos que crecen en la pared del útero, lo que significa que no son cancerosos. Sin embargo, pueden causar dolor y otros síntomas incómodos. Son los tipos más comunes de tumores benignos en mujeres y se desarrollan con mayor frecuencia en edad fértil. Se pueden continuar experimentando durante y después de la menopausia, o incluso desarrollarlos por primera vez durante esta etapa de la vida.

Fibromas y hormonas

Las hormonas estrógeno y progesterona pueden aumentar el riesgo de miomas. Durante la menopausia, el cuerpo produce menos de ambas y como resultado, el riesgo de nuevos fibromas disminuye. La caída en los niveles hormonales también puede ayudar a que los preexistentes disminuyan de tamaño.

Factores de riesgo

Algunos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollarlos, como la presión arterial alta (hipertensión) o los bajos niveles de vitamina D. También aumenta el riesgo los antecedentes familiares de fibromas, la obesidad y el estrés extremo a largo plazo. Las mujeres mayores de 40 años y las mujeres afroamericanas también tienen un mayor riesgo.

Síntomas

Los miomas pueden afectar a las mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas de diferentes maneras. En general, las premenopáusicas tienden a tener síntomas más graves. Según los doctores Fábregues y Peñarrubia en su estudio Mioma uterino. Manifestaciones clínicas y posibilidades actuales de tratamiento conservador, para la revista médica Elsevier, a veces no hay ningún síntoma de los miomas en absoluto y es el médico quien puede detectar fibromas durante un examen pélvico anual. Los síntomas más habituales son un sangrado abundante y manchar frecuentemente.

Pero no son los únicos, la anemia por pérdida significativa de sangre, los calambres menstruales y la plenitud en la parte baja del vientre también pueden darse de manera regular cuando se padece. El hinchazón abdominal, el dolor de espalda baja y una micción frecuente también se han detectado como señales no excesivamente extrañas. La incontinencia o fuga de orina, un coito doloroso, la fiebre y la náusea son otros síntomas que pueden surgir de forma esporádica.

Tratamiento

Los fibromas pueden ser difíciles de tratar, las píldoras anticonceptivas son actualmente el tratamiento farmacológico más utilizado. El médico puede recomendar la extracción quirúrgica de los miomas, que es un procedimiento conocido como miomectomía. También se puede considerar una histerectomía o extirpación quirúrgica del útero.

Terapias hormonales

Las píldoras anticonceptivas son una forma posible de controlar los síntomas, como el dolor y el sangrado excesivo. Sin embargo, no reducirán los fibromas ni los harán desaparecer. Las progestinas también pueden aliviar otros síntomas de la menopausia y hacer que las terapias de reemplazo hormonal sean más efectivas. Otros tratamientos hormonales que alivian el dolor y el sangrado incluyen inyecciones de progestina y dispositivos intrauterinos (DIU) que contienen progestinas.

Miomectomía

A veces se realiza una miomectomía antes de considerar una histerectomía. La miomectomía se dirige a la extracción de fibromas y no requiere la extracción del útero. Se pueden realizar de diferentes maneras, según la ubicación. Si la mayor parte del fibroma está dentro de la cavidad uterina, la cirugía se puede realizar histeroscópicamente (con la ayuda de un tubo delgado e iluminado).

En algunos casos, se hará una incisión en la parte inferior del abdomen. El tamaño y la ubicación de la incisión es similar a una incisión utilizada para un parto por cesárea. La recuperación completa llevará de 4 a 6 semanas. Este método no es tan común como otros. Los doctores también pueden realizar la cirugía laparoscópicamente. Durante la cirugía laparoscópica, se realiza una incisión más pequeña. El tiempo de recuperación para la cirugía laparoscópica es más corto, pero este tipo de cirugía generalmente solo se recomienda para miomas más pequeños. Si los fibromas reaparecen después de una miomectomía, el médico puede recomendar una histerectomía.

Histerectomía

Para los síntomas graves relacionados con fibromas grandes y recurrentes, una histerectomía puede ser la mejor opción. En este tipo de cirugía, el cirujano extirpa todo o parte del útero. Pueden recomendarse para mujeres que están cerca de la menopausia o que ya son posmenopáusicas. También a otras que tienen múltiples miomas o muy grandes.

Hay tres tipos de histerectomía:

• Total. En esta cirugía, se extirpa todo el útero y el cuello uterino. En algunos casos, también pueden recomendar la extracción de las trompas de Falopio. Esta opción podría ser mejor si se tienen grupos grandes y extendidos.
• Parcial/subtotal. Solo se extrae la parte superior del útero. Se puede recomendar esta opción si los miomas son un problema recurrente en esta región del útero. Esto puede confirmarse mediante pruebas de imagen.
• Radical. Esta es la forma más importante de histerectomía, y rara vez se usa en el tratamiento de fibromas. A veces se recomienda para ciertos tipos de cáncer ginecológico. Con esta cirugía, un médico extirpa el útero, la parte superior de la vagina, el cuello uterino y los parametrios (tejidos circundantes del útero y la vagina).