¿Cómo afectan las bebidas energéticas según la edad?

En un contexto como el actual, con cada vez más organismos concienciando a la sociedad sobre la importancia de unos correctos hábitos alimenticios, las bebidas energéticas se han posicionado como uno de los temas de más actualidad, especialmente debido a los componentes con los que cuenta. De hecho, los últimos años han servido para que cada vez más organismos centren su atención en ellas. 

El target de este tipo de bebidas se sitúa en una franja de edad entre los 10 y los 18 años, en un porcentaje aproximado de consumo de en torno al 70% en ellos, sin embargo, se está experimentado un aumento del consumo de este tipo de bebidas en edades cada vez más diversas.

Son muchos los expertos que llevan tiempo advirtiendo de los problemas que el consumo desmesurado de azúcar pueden acarrear en la salud de las personas, sin importar la edad. ¿En qué lugar quedan las bebidas energéticas?

Efectos de las bebidas energéticas

Si nos tenemos que centrar únicamente en el corto plazo, lo cierto es que sus efectos inmediatos son, específicamente, los que se quiere perseguir mediante la ingesta de este tipo de bebidas. La cafeína, uno de los principales componentes que tienen este tipo de bebidas, posee unos efectos estimulantes para contextos en los que se necesita de una dosis extra de energía.

A nivel de composición, los expertos afirman que una lata de una de las marcas de bebida energética más conocidas del mercado equivale a un total de 3 tazas de café y, aproximadamente, 15 sobres de azúcar. Un consumo superior a la dosis diaria recomendada de azúcar.

¿Qué ocurre con el impacto en las personas mayores?

Los efectos en las personas mayores son equivalentes a los que estas bebidas tienen en los más jóvenes. Tal y como recoge el estudio realizado por los expertos de la Universidad de Bonn (Alemania), y publicado en la Radiological Society of North America, las bebidas energéticas con taurina tienen un importante impacto en lo relacionado con la contractabilidad del corazón.

El Comité Científico Asesor de Seguridad Alimentaria recomienda evitar el consumo de este tipo de bebidas, especialmente en los momentos de mucho estrés o en actividades deportivas, dónde su consumo puede provocar problemas relacionados con la deshidratación.

Con estos datos, es conveniente analizar el consumo habitual de las bebidas energéticas. Por las cantidades de azúcar que contienen y los efectos inmediatos en la salud cardiovascular, es recomendable analizar si nuestro organismo puede llegar a experimentar determinadas alteraciones como consecuencia de su consumo.