Victoria Herrero
Preguntas
¿En que consiste la diabetes insípida?
Aunque tengan el mismo nombre, no debe confundirse con la diabetes mellitus, ya que es diferente
La diabetes insípida no debe confundirse con la diabetes mellitus más conocida por todos, ya que se trata de dos patologías completamente diferentes y no guardan relación alguna. En el caso que nos ocupa actualmente, nos referimos a un trastorno poco frecuente, de tipo hormonal, que "desencadena un desequilibrio de líquidos en el cuerpo que provoca mucha sed, incluso si se ha bebido algo, y hace producir grandes cantidades de orina", explican desde la Clínica Mayo (@ClinicaMayo) acerca de esta descompensación entre el agua que uno bebe y el volumen de excreciones urinarias.
Tal es ese desajuste, que estas personas deben beber mucha agua, debido a una sed extrema, para compensar esa pérdida excesiva de orina a lo largo del día. Y también por la noche, ya que es frecuente que estas personas tengan una necesidad continua de levantarse de la cama para ir al baño. Por lo tanto, al final no descansan lo suficiente durante ese sueño nocturno.
¿Qué hay de las causas de esta patología?
Como hemos dicho anteriormente, el cuerpo no puede regular correctamente los niveles de líquido en el cuerpo. Para explicarlo mejor, es necesario hacer mención a una hormona (que se produce en el hipotálamo) presente en nuestro organismo, que es la que ayuda a controlar la velocidad a la que nuestro cuerpo se deshace de esos líquidos y que se encuentra almacenada en la hipófisis, una pequeña glándula en la base de cerebro.
Así, según el tipo de diabetes insípida que se tenga hablaremos de unas causas u otras, según los expertos antes mencionados:
- Central. En este caso, el daño se produce en la zona de esa glándula o del hipotálamo debido a una operación quirúrgica, un tumor, una enfermedad genética hereditaria o una lesión cerebral.
- Nefrogénica. Este tipo de diabetes insípida es mucho menos común que la anterior y, en la mayoría de los casos, se debe a ciertas patologías renales que hacen que los riñones no respondan ante esa hormona que ayuda a controlar la expulsión de los líquidos.
Por tanto, cuando se trata de una sintomatología leve, puede que el médico no le prescriba ningún tratamiento farmacológico, pero le aconsejará que tenga siempre agua a mano para calmar esa sensación permanente de sed. Sin embargo, en los casos más graves, se pueden recetar medicamentos para ayudar al cuerpo a producir esa hormona "dañada" o a que esta regule su función.