¿El tabaco de liar es menos dañino? Un estudio español nos saca de dudas

En pleno auge del cigarrillo electrónico, el tabaco de liar también disfruta de cierta popularidad, sobre todo entre los más jóvenes. De hecho, "en los últimos años se ha detectado un aumento del consumo de tabaco de liar debido a que su precio es más bajo y a la falsa creencia de que es más saludable y natural", según explican desde la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC @UICbarcelona). 

"Concretamente, en Europa el consumo de tabaco empaquetado se redujo del 76% al 70% entre 2014 y 2017, mientras que el tabaco de liar creció del 23% al 24% en el mismo periodo", añaden. Una creencia que se ha extendido como la pólvora y que podría no ser del todo cierta.

Ambas variedades son igual de perjudiciales

Debido al alcance de este mito, la UCI ha realizado una exhaustiva investigación para afirmar o desmetir dicha suposición, cuyas conclusiones han sido publicadas en la prestigiosa revista científica Environmental Research. Esta se basa principalmente en las nitrosaminas específicas del tabaco, unos cardinógenos que habitan en la saliva de las personas fumadoras, auténtico objeto del estudio.

Así, tras analizar la saliva de más de 160 fumadores adultos mayores de 16 años, los resultados revelaron que las concentraciones de nitrosaminas, vinculadas estrechamente con el cáncer oral o de pulmón, son similares en los que consumen tabaco de liar y los que lo hacen con tabaco convencional.

Lamentablemente, tal y como hemos visto al comienzo del artículo, muchas personas todavían creen que el tabaco de liar no es tan nocivo como el manufacturado, llegando incluso a asegurar que es más beneficioso. Además, se cree que este tipo de productos suelen tener cierta asociación con el consumo de drogas como el hachís, que sigue la misma técnica.

Los expertos solicitan ahora la intervención de las autoridades competentes para reducir el número de fumadores que optan por el tabaco de liar, que contribuye igualmente al aumento de muertes por cáncer en todo el mundo. ¿Cómo? Incrementando los precios, informando de su impacto real en el organismo o realizando campañas de salud en las escuelas.