Teresa Rey
Preguntas
Enfadarse de vez en cuando también es bueno, ¿sabes por qué?
Es una de las emociones básicas por lo que reprimirla no es bueno, pero tampoco debe ser habitual
Enfadarse es una reacción natural del ser humano, es una de sus emociones básicas y no tiene por qué ser negativa. Ahora bien, es un estado que no es bueno que se prolongue en el tiempo o que sea repetitivo, pues entonces sí que puede resultar perjudicial para la salud. Por eso es bueno canalizar el enfado y aprender a usarlo y entender su utilidad.
Poner límites con inteligencia
Normalmente cuando nos enfadamos es porque entendemos que se ha producido una injusticia a nuestro modo de ver. Hay algo que nos duele o por lo que nos hemos sentido ofendidos y nuestra primera forma de asumirlo es mediante esta respuesta. Por ello en cierto modo nos ayuda a estar alerta y poner límites en ciertas situaciones, siendo este su aspecto más positivo.
También puede ayudarnos a hacer una reflexión sobre el porqué nos ponemos de este modo, sobre todo cuando nos ocurre con frecuencia. Tal vez necesitemos descansar más porque estamos demasiado estresados o liberarnos de ciertas emociones que nos están haciendo daño desde hace tiempo.
Desde un punto de vista fisiológico al enfadarse el sistema nervioso simpático se activa, de modo que el ritmo cardiaco aumenta al igual que la respiración y es posible que se sude, explican expertos del Grupo Laberinto. Y con todas estas manifestaciones realmente lo que busca nuestro organismo es dotarnos de la energía necesaria para hacer frente a ese momento que nos está alterando.
Si tratamos de controlar el enfado de forma continua podemos somatizarlo mediante úlceras estomacales, cefaleas o hipertensión. Algo que suele hacerse por cuestiones sociales o por miedo a ser rechazados. Pero, por otro lado, si permanecemos durante mucho tiempo de este modo podemos acabar otros problemas de salud.
Término medio
Lo ideal, por tanto, es llegar a un término medio y aprender a canalizar el enfado además de saber recurrir a él con sabiduría. Como probablemente te conoces bien antes de sentir esta emoción tú mismo puedes darte cuenta de que vas a estallar analizando las reacciones fisiológicas mencionadas: respiración, corazón, sudor… Este es el aviso para que empieces a plantearte si debes ponerte así o no, y frenarte antes de decir o hacer algo de lo que puede que luego te arrepientas.
Es importante ponerse en la piel del otro, ya que tal vez se haya producido algún problema de comunicación. No obstante, si tienes la necesidad de expresar algo que te ha molestado, puedes hacerlo de forma asertiva, siendo firme en tus planteamientos, pero dejando a un lado la ira. Es vital decir las cosas y no guardarlas. Si es necesario parar los pies a alguien hay que hacerlo sin sentirnos culpables o mal por ello, algo que evitaremos si lo hacemos de la forma más calmada posible.