EPOC, ¿qué es y cuáles son sus principales síntomas?

La EPOC, es decir, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, es la enfermedad respiratoria crónica más frecuente en adultos, con más de dos millones de personas afectadas en España. Y a pesar de ello, es una gran desconocida por la población general, informan desde la Sociedad Española de Neumología Cirugía Torácica (Separ). Este desconocimiento hace que la tasa de infradiagnóstico se sitúe en torno al 70-80%, de modo que los pacientes no dan la importancia que se debería a los primeros síntomas, y no acuden al médico para hacerse un análisis en profundidad.

¿Qué es exactamente la EPOC?

El propio nombre de la enfermedad ya nos está indicando en cierto modo qué es la EPOC: una enfermedad crónica que, por lo tanto, no tiene cura, pero sí tratamiento, que se caracteriza por la obstrucción de las vías áreas inferiores. Los expertos de Separ indican que se trata de una enfermedad grave, compleja y multicomponente. De hecho, dentro de la EPOC se incluyen la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar.

Asimismo, se trata de una patología muy discapacitante y que merma en gran medida la calidad de vida de los pacientes y de su entorno. Las personas con EPOC tosen, expectoran y tienen dificultad para respirar todos los días. “Es una enfermedad crónica y progresiva, que necesita un diagnóstico precoz y un tratamiento temprano para poder frenar sus síntomas”, recuerda el doctor José Luis López-Campos, coordinador del Área de EPOC de Separ.

¿Cuáles son sus síntomas?

Los principales síntomas de la EPOC son:

• Una tos persistente o que genera mucha mucosidad.
• Sentimos que nos falta aire sobre todo al hacer un esfuerzo físico.
• Sibilancias al respirar.
• Percibir una sensación de opresión en el pecho.

Estos son los síntomas generales aunque para comprobar qué nos ocurre realmente se debe acudir al médico, especialmente si estas situaciones persisten. Es posible que sea EPOC o no, pero esto nos lo debe indicar el experto.

Tratamiento

El tratamiento de la EPOC comprende varias actuaciones siendo una de ellas un repaso de cómo es nuestro estilo de vida. Lo primero y más importante es dejar de fumar en el que caso de que se haga. También se deberá establecer una dieta saludable y equilibrada, hacer ejercicio de forma habitual y, por supuesto, seguir el tratamiento farmacológico que nos haya prescrito el médico.

Normalmente se usan broncodilatadores, ya que relajan los músculos que están alrededor de las vías respiratorias. Y a veces se recomiendan otros tratamientos médicos como la oxigenoterapia.