¿Es bueno llevar zapatos planos o deben tener algo de tacón?

Tal vez buscando la comodidad en nuestros paseos pensamos que la mejor opción para realizar estas caminatas es llevar un calzado plano. Sin embargo, huir del tacón moderado en el calzado es un error, pues el pie y otra serie de estructuras cercanas pueden sufrir más de lo que imaginamos. Así pues, antes de decantarte por este tipo de zapatos es mejor que tengas en cuenta unos consejos.

Por qué descartar el calzado plano

El zapato plano no es recomendable. El motivo, tal y como explican desde el Colegio de Podólogos de la Comunidad Valenciana, es porque si la suela es muy fina, el impacto sobre el firme que pisamos se absorbe directamente por el pie. Al carecer de una amortiguación correcta tanto el arco del pie como el talón no realizan la pisada de forma adecuada.

Esto trae consecuencias para la salud. Se puede ver afectado el sistema aquíleo-calcáneo-plantar, que es el encargado de realizar el movimiento del primer paso. Si el zapato carece de una superficie adecuada la tensión del tendón de Aquiles es mayor, ya que el pie debe hacer un esfuerzo superior para realizar la flexión propia del caminar. Esto puede desencadenar una factitis plantar (dolor en la planta del pie), y el problema puede extenderse a pantorrillas, rodillas, talones, tobillos, espalda y, en general, provocar posturas incorrectas.

La conclusión, por tanto, es que no hay que dejarse llevar por las modas en cuanto a la salud del pie se refiere.

Cómo debe ser el calzado correcto

Los expertos nos aconsejan que el calzado, tanto de hombres como de mujeres, tenga una altura de al menos cuatro centímetros y que disponga de una buena amortiguación. Así que si vamos a hacer largos recorridos andando debemos descartar chanclas o manoletinas.

También hemos de tener en cuenta otros aspectos. Los zapatos no tienen que ser ni muy rígidos ni muy flexibles, lo ideal es encontrar siempre un término medio. Han de permitir una buena movilidad del pie al hacer la flexión. Esto puedes verificarlo al andar, viendo si te cuesta o el pie se deforma.

Al probarlos (siempre los dos a la vez) debemos comprobar que el talón no se desliza hacia delante. Además, la mejor hora para comprarlos es por la tarde debido a que el pie se encuentra más tonificado por la carga del día, lo que hace que la medida sea siempre la más correcta. El calzado en su conjunto ha de respetar toda la anatomía del pie, es decir, tanto su longitud como la anchura de tobillo, empeine, dedos, etcétera.

Los expertos aconsejan tener un calzado para cada tipo de actividad y guardarlos en sitios claros y ventilados, aunque tras su uso lo ideal es dejar que se ventilen un rato para evitar los hongos o bacterias.