Victoria Herrero
Preguntas
La escala BVD/Barthel: determinar el grado de dependencia de una persona
Gracias a este test se determina si una persona necesita, o no, ayuda para hacer acciones básicas
La escala BVD/Barthel es una de las herramientas que, por medio de un test, permite evaluar y conocer el grado de dependencia de una persona. Con dependencia nos referimos a un estado permanente en que se encuentran las personas y que por diversas cuestiones como edad, enfermedad, discapacidad... necesitan la ayuda de otras personas para poder realizar las actividades más básicas de su día a día.
Así, gracias a este parámetro, se comprueba si esa persona es autosuficiente o precisa de otra persona para:
- Comer. Si necesita ser alimentado por otra persona, recibir ayuda para manejarse con los cubiertos, por ejemplo, o si es capaz de comer y cocinar sin problema alguno.
- Asearse: si es capaz de ducharse solo o si necesita de otra persona para hacerlo o que le pueda supervisar.
- Ir al baño: si puede entrar y salir solo del baño o si necesita ayuda para sentarse en el baño o a alguien que le limpie.
- Vestirse: ¿se puede vestir y desvestir sin problema? Así como arreglarse en el sentido de colocarse unos zapatos o peinarse.
- Incontinencia, tanto fecal como urinaria. Así, se medirá si tienen algún episodio ocasional, necesita ayudas en forma de sondas o enemas o no puede controlar los esfínteres de ninguna de las maneras.
- Movimiento. En este caso se observa si se puede levantar de un sillón e ir a una cama (o viceversa) sin ayuda alguna, si no es capaz de salvar un escalón o cómo anda.
Acciones todas ellas que serán evaluadas por un especialista con lo que se determinará el grado de ayuda que esas personas necesiten (ninguna, alguna o toda) para hacer las cuestiones más básicas de su día a día. El índice de Katz es otra de las herramientas empleadas para este mismo fin.
Los grados de dependencia
Una vez se evalúan esas situaciones, se pasa a establecer el grado de dependencia de una persona:
- Grado I. En este caso hablamos de una dependencia moderada en la que la persona necesita algo de ayuda para hacer algunas de las actividades más cotidianas o que, incluso, en momentos puntuales necesita de una ayuda externa en forma de apoyo, por ejemplo un bastón.
- Grado II. Ya estamos en una etapa de dependencia severa. La ayuda que necesita es más frecuente a lo largo del día, aunque no significa que sea necesario contar con un cuidador de forma permanente a su lado.
- Grado III. Cuando llegamos a este grado, ya se habla de gran dependencia. La persona necesita ayuda para hacer la mayor parte de las cosas ya que tienen limitada su autonomía mental, física, intelectual o emocional. Por lo tanto, precisa que otra persona esté con ella la mayor parte del tiempo.