Teresa Rey
Preguntas
Un estudio vincula la aparición de las canas al estrés: ¿qué otras causas existen?
En situaciones estresantes se activan una serie de nervios que inciden en los pigmentos capilares
Las canas se asocian al envejecimiento, debido a que con el paso del tiempo se produce la pérdida de melanina, un aminoácido que se encuentra en la piel, el cerebro y en otras partes del cuerpo, explican desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Este es uno de los motivos de su aparición, pero ahora científicos de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), han podido demostrar cuál es el proceso que justifica el vínculo del estrés con la aparición de la canicie, en un estudio publicado en la revista Nature.
El sistema simpático
Según han descubierto estos científicos cuando se padece estrés se activan un conjunto de nervios que están vinculados a una respuesta innata de los seres humanos ante estas situaciones y que se relacionan con la huida o lucha. Si estos están funcionando de una forma sostenida en el tiempo, provocan daños en las células madre regeneradoras de pigmento en los folículos capilares.
Los investigadores querían comprobar hasta qué punto esta conexión entre estrés y canas era real, y de qué forma las reacciones estresantes afectan a determinados tejidos del organismo. Para ello, en un primer momento, tuvieron que detectar qué sistema corporal era el responsable de establecer esa conexión entre el estrés y el color del pelo.
El experimento lo llevaron a cabo sobre un grupo de ratones, realizando varios descartes. Se sabe que el estrés eleva la hormona cortisol, de modo que partiendo de esta base pensaron que esta sustancia podría desempeñar un papel en este sentido. Sin embargo, “al eliminar la glándula suprarrenal de los animales para impedir su producción de hormonas similares al cortisol, el cabello siguió volviéndose gris bajo estrés”, cuenta el autor principal Ya-Chieh Hsu, profesor asociado de Células Madre y Biología Regenerativa en Harvard.
Tras la eliminación de otras opciones, se centraron en el sistema nervioso simpático, que es el que provoca esa respuesta de huida o lucha antes mencionada. Los nervios de este sistema tienen ramificaciones en cada folículo piloso de la piel. Así pues, lo que descubrieron los estudiosos es que cuando hay estrés estos nervios liberan un químico llamado norepinefrina, el cual absorben las células madre regeneradoras de pigmento que se encuentran en los alrededores.
Células madre
Dentro del folículo piloso algunas de estas células actúan como reservorio productor de pigmento. Al regenerarse el cabello algunas de estas se transforman en células productoras de pigmento, de modo que confieren el color al pelo. Sin embargo, si los nervios simpáticos producen noradrenalina esto provoca que las células madres se activen demasiado y como consecuencia todas se convierten en creadoras de pigmento. La consecuencia inmediata es que el reservorio se agota antes de tiempo. Los científicos comprobaron que pasados unos días todas estas células se perdieron, y una vez que esto sucede ya no es posible volver a generar el color.
“Con estos resultados ahora ya sabemos que las neuronas pueden controlar las células madre y su función, y pueden explicar cómo interactúan a nivel celular y molecular para vincular el estrés con el envejecimiento del cabello”, ha asegurado Ya-Chieh Hsu.
Lo más importante de este análisis es además de explicar esa relación entre canas y momentos estresantes, es que se han sentado las bases para comprender como esta condición afecta a otros tejidos y órganos del cuerpo. Puede ser, por tanto, el primer paso para llegar a terapias que detengan sus efectos o revertir su impacto perjudicial.
Un proceso natural
Al margen de esta posible unión entre canas y estrés, lo cierto es que existe un proceso fisiológico que explica la aparición del color blanquecino del cabello. Lo que se sabe hasta ahora es que en la pigmentación del cabello intervienen los folículos pilosos y los melanocitos.
Hace unos años se descubrió que una proteína llamada Wnt era la que se encargaba de dar color al cabello a partir de los melanocitos, pero también intervenía en la aparición de las canas. Por otro lado, algunos análisis han mostrado que el peróxido de hidrógeno (H2O2), una sustancia secretada de forma natural por el organismo, “se acumula en pequeñas concentraciones en el cabello e inhibe la síntesis de coloración de la melanina”, aclaran los dermatólogos. Además, al cumplir años varios genes podrían estar implicados en el procedimiento de pérdida de la melanina.
El momento en que aparecen las canas resulta más difícil de determinar, pues como bien se observa hay personas que presentan el pelo blanco antes que otras. Esta situación suele empezar a producirse a partir de cumplir los treinta años, pero no todos los individuos de esta edad tienen canas. Es por ello que se considera que influyen factores genéticos y aspectos relacionados con la raza, lo que explicaría que esta condición comience a darse en momentos diferentes de la vida y no haya una coincidencia en cuanto a las edades.
Lo que de momento no se ha conseguido, al menos por ahora, es revertir este proceso natural del organismo. De modo, que a día de hoy para disimular las canas, si no nos gustan, tendremos que seguir recurriendo a los tintes.