Mariola Báez
Preguntas
Fibrosis en personas mayores: ¿qué tipos existen y cómo se trata?
Este término abarca enfermedades con origen y sintomatología muy distintas que conviene conocer
Fibrosis es un concepto médico que hace referencia al desarrollo anormal de las fibras que forman el tejido conectivo. Ese crecimiento anómalo acaba provocando un engrosamiento y endurecimiento del órgano o zona corporal donde se produzca, causando complicaciones de distinta gravedad.
La fibrosis puede presentarse a nivel muscular, por ejemplo, como consecuencia de un desgarro, contractura o cualquier otro tipo de lesión. Cuando esto ocurre, el organismo intenta “auto repararse”, aumentando la producción de colágeno y desencadenando, con ello, el engrosamiento del tejido. En la mayoría de estos casos, la fibrosis resulta pasajera y desaparece, de forma progresiva, a medida que el músculo se recupera, aunque puede no hacerlo y requerir algún tipo de tratamiento de fisioterapia o incluso quirúrgico.
Fibrosis quística y fibrosis pulmonar
No todas las enfermedades que incluyen el término fibrosis hacen referencia a una afección en la musculatura. La Federación Española de Fibrosis Quística (@FEFQ_CFspain) explica que esta es una dolencia crónica y hereditaria, que afecta principalmente a los pulmones y al aparato digestivo. La causa el gen CFTR, que provoca un espesamiento en la mucosidad y restos de secreciones, que se traduce en un aumento de las infecciones y procesos inflamatorios que pueden afectar, además de a los pulmones, a órganos como el hígado o el páncreas. Es una enfermedad poco frecuente, cuyos síntomas principales son las infecciones respiratorias repetidas y los problemas digestivos.
Además de este tipo de fibrosis, también existe la fibrosis pulmonar idiopática, una afección de origen desconocido que causa el engrosamiento y la cicatrización progresiva del tejido pulmonar (muy similar al tejido muscular).
Dificultades respiratorias, tos crónica, cansancio y fatiga sin un motivo que lo justifique, molestias en el pecho que pueden trasladarse a la espalda y coloración azul en uñas y dedos son algunos de los síntomas de esta grave enfermedad que señala la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (@SeparRespira). La fibrosis va dañando el tejido y mermando la capacidad respiratoria de los pulmones. Las medidas para frenar el avance de la enfermedad se centran en los tratamientos antifibróticos, en la oxigenoterapia y en los hábitos de vida saludables. En ocasiones, el trasplante de pulmón resulta imprescindible.