¿Qué hormonas pueden influir a la hora del aumento de peso en hombres y mujeres?

Una vida saludable, buenos hábitos y algo de ejercicio no son los únicos condicionantes que hacen que nuestro peso oscile arriba o abajo de la báscula. Nuestras hormonas también tienen mucho que ver a la hora de engordar o adelgazar. 

¿Qué son las hormonas y qué papel cumplen?

Cuando hablamos de hormonas nos referimos a unas sustancias químicas segregadas por las glándulas endocrinas y que son las responsables de regular muchas de las funciones de nuestro organismo. De ahí la importancia que tienen en nuestra salud; especialmente cuando se encuentran en equilibrio. En caso contrario, esas oscilaciones (que en ocasiones pueden deberse a los efectos de algunos fármacos o como consecuencia de algunas patologías) pueden incidir en esos movimientos a la hora de pesarnos. 

Desajustes hormonales que se producen a lo largo de todas las etapas de la vida. Así, por ejemplo, en el caso de la menopausia esa reducción de estrógenos (así como el cambio en los patrones de sueño, por ejemplo) hace que se pueda experimentar un aumento del peso como consecuencia de ese desequilibrio.

Una situación que también se produce en el caso de los hombres que, a medida que van cumpliendo años, experimentan una reducción de la testosterona que se traduce en un aumento de la grasa corporal. 

 Algunas de las "culpables" de tu aumento de peso

Además de ese incremento de nuestro peso, esta variación en el equilibrio natural de las hormonas está detrás de la aparición de enfermedades y patologías importantes en el caso de las personas mayores. Así, algunas de esas sustancias hormonales que se alían con tu báscula son:

• Las hormonas tiroideas son las encargadas de controlar el metabolismo de nuestro cuerpo. Por ello, si hay una deficiencia de ellas se puede llegar a producir una situación de hipotiroidismo con consiguiente aumento de peso. Pero antes de que esto ocurra, optar por la sol yodada es un buen remedio preventivo. 
• La insulina que segrega el páncreas y que vigila que haya unos adecuados niveles de glucosa en nuestra sangre. Cuando, por una mala alimentación, no se consiguen estabilizar esos parámetros, esa insulina se acaba convirtiendo en grasa; algo que no sucedería si eliminamos de nuestra dieta las bebidas azucaradas (mejor agua) o los productos procesados. 
• Cuando nos encontramos deprimidos o bajo una situación de estrés, nuestro organismo libera cortisol. Cuando esta sustancia se encuentra en exceso resulta perjudicial para mantener un peso saludable. Precisamente el estrés también influye negativamente en la descompensación de otra hormona, la progesterona, liberada por los ovarios. Ella es la que, sin el ritmo adecuado, lleva a una persona a engordar o sumirse en un estado depresivo.
• Todos sabemos que la sustancia que regula el sueño y la vigilia es la melatonina. Pues bien, cuando no descansamos lo suficiente, una de las complicaciones para nuestro cuerpo es el aumento de los kilogramos; de ahí la necesidad de contar con un sueño donde esté aseguradas la calidad y cantidad del mismo como recomiendan desde el centro médico Instituto de Obesidad (@IobMadrid).