Teresa Rey
Preguntas
La microcirugía permite reparar nervios dañados o solucionar amputaciones
Se necesita una lupa para efectuarla y con ella se reconstruyen vasos sanguíneos o se reimplanta
Además de la cirugía convencional, existe otra práctica que se realiza en los quirófanos también y que se denomina microcirugía. Esta técnica es aquella que necesita de lupas o microscopios para poder realizarse. Esto es así porque las reparaciones a efectuar necesitan que el cirujano recurra a un aumento óptico para poder efectuarlas.
Amputaciones y reimplantes
Lo microcirugía no se refiere por tanto a una “cirugía pequeña”. Estas operaciones se realizan para tratar daños en los vasos sanguíneos o lo nervios, por lo tanto son intervenciones que se hacen a pequeña escala en zonas que el ojo humano es incapaz de distinguir correctamente.
Su aparición es relativamente reciente pues comenzó a utilizarse en los años 70, que se empleó por primera vez en una operación donde era necesario reparar estructuras nerviosas periféricas.
Se utiliza para la reconstrucción de estructuras dañadas o amputaciones y para hacer trasplantes de otros elementos corporales, algo que se conoce como reimplantes. Las amputaciones se pueden producir por algún trauma o accidente, y gracias a esta técnica es posible reparar algunas partes. Las correcciones se efectúan tanto en extremidades, como en la cara o el tronco.
En el caso de las amputaciones la ventaja de la microcirugía es que permite restablecer la circulación de la zona conectando de forma apropiada las distintas arterias o venas que forman parte del área afectada. Estos reimplantes se efectúan en el cuero cabelludo, las orejas, la nariz o los labios, así como en los dedos de manos o pies.
También se puede emplear para abordar secuelas de tumores o impactos que han provocado deformidades. En general, se usa principalmente en la reconstrucción mamaria, en problemas maxilofaciales, problemas oncológicos o en casos de parálisis facial y personas con quemaduras.
Dos tipos
Básicamente hay dos tipos de microcirugía, la vascular y la nerviosa. La primera implica trasladar tejidos aislados con todos sus componentes a otra parte del cuerpo donde sean necesarios.
Mientras que la microcirugía nerviosa reconstruye nervios ubicados en cualquier lugar independientemente de su tamaño. A través del microscopio o de lupas, el cirujano realiza las suturas necesarias para que los nervios recuperen su funcionalidad.
Para practicar este método se necesita un alto grado de especialización y el cirujano debe estar formado expresamente en el mismo. Los resultados son generalmente buenos, según aseguran los expertos, aunque siempre depende de la complejidad del problema a tratar y de las características del paciente.