Determinados genes provocan que nuestro aspecto sea muy distinto al de otras personas. De hecho, cuando hace unos 200.000 años nuestros antepasados emigraron de África hacia el norte de Europa, la menor radiación solar provocó que estas personas, que necesitaban un mínimo de sol para completar la síntesis de la vitamina D necesaria para sobrevivir, originó nuevas mutaciones que consiguieron palidecer la piel para que esta fuera más clara y poder aprovechar así los mínimos rayos de sol. Esta mutación dio como consecuencia el pelo rojizo y los ojos azules o claros.
Así lo explica Lluis Montoliu, investigador del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología y en el Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, a Infosalus. Destaca que el origen de las personas pelirrojas actuales se debe a las poblaciones que fueron hacia el norte. "La selección natural actuó sobre la piel, pero el pelaje que había que pagar para palidecer la piel era convertir el color de pelo en rojizo y que los ojos fueran azulados, significado de que había mucha pigmentación", indica.
En España hay entre 1% y 2% de pelirrojos, siendo más frecuentes en el norte de España debido al flujo de navegaciones entre Irlanda Reino Unido y el litoral cantábrico. Este color rojizo, explica el investigador, es el color de uno de los dos pigmentos que tenemos todos: la eumelanina (oscura) y la feomelanina (amarillenta rojiza). El pelo pelirrojo se da porque estas personas son incapaces de sintetizar la eumelanina y solo son capaces de fabricar la feomelanina, lo que hace que a su vez la piel también sea más blanquecina, al contener menor pigmento oscuro.
Distinta percepción del dolor
Esta expresión tiene una razón, y es que los pelirrojos tienen la peculiaridad de que su percepción del dolor es distinta, lo que puede provocar que sea necesario administrar dosis superiores de anestésicos, señala el investigador. Añade que, además, experimentan un mayor efecto analgésico de los opiáceos que el resto de la población.
"Cuando hay que anestesiar a una persona pelirroja necesitan unas dosis de anestésicos superiores a las del resto de las personas, pero también perciben el dolor de forma distinta y hacen que tomen superiores de analgésicos para que les hagan efecto. Esto es así porque la mutación que tienen en un receptor de una familia de otros receptores relacionados con la percepción del dolor", afirma.
Esto significa que no solo perciben de forma distinta el dolor, sino también los cambios de temperatura, y antes que el resto de personas. "Curiosamente podríamos pensar que las personas con albinismo, que no tienen ningún pigmento, tienen un problema para desarrollar cáncer de piel, pero los pelirrojos tienen más probabilidad de desarrollar cáncer de piel que las personas sin pigmento porque la presencia únicamente de la feomelanina, un pigmento fotoactivo que, no solamente no protege, sino que es capaz de causar más daño cuando recibe radiación ultravioleta. Por tanto, el hecho de tener solo feomelanina hace que los pelirrojos deban protegerse incluso con más intensidad que las personas con albinismo del sol", concluye.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.