Si echamos un vistazo al paso de los presidentes por su mandato, podremos detectar un cambio físico significativo entre el inicio y el final. Se trata de las canas, aunque los años no es la única razón para su aparición, ya que según cuenta a Infosalus Lluis Montoliu, investigador del CSIC en el Centro Nacional de Biotecnología y en el Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, también pueden estar relacionadas con otras causas.
En su libro recién publicado, Genes de colores (Next Door Publishers), Montoliu da respuesta a esta y otras cuestiones genéticas de lo más curiosas. En este caso, explica que la pigmentación de nuestro cuerpo está relacionada con nuestro estado general, es decir, cómo nos sentimos, y por tanto, un periodo de estrés crónico, un fuerte disgusto o una enfermedad puede desencadenar la aparición de las canas.
Las "culpables", señala, son las hormonas del estrés, como por ejemplo la adrenalina, capaces de vaciar la raíz del pelo de las células madre, que se encargan de producir nuevos melanocitos. "Esto puede ocurrir por estrés, por edad, o bien por enfermedad y va a ser así para siempre", indica. "Las canas es un pelo que nace sin pigmento. En cada folículo capilar tenemos una especie de bolsillo, donde están las células madre que pigmentan el pelo. Cuando envejecemos, en general, estas células madre empiezan a flaquear y a desaparecer. Cuando lo hacen del todo, en ese determinado folículo nunca más se va a pigmentar pelo, porque ya no tiene células madre que produzcan células pigmentarias".
Sin embargo, hasta ahora no se sabía que había otra manera de "vaciar" esos bolsillos, desde el punto de vista biológico, y es a través de la vía hormonal.
"De hecho, las hormonas del estrés, si se encuentran de forma constante en el organismo, una de las consecuencias es que inducen el vaciado del bolsillo de los folículos capilares, provocando un envejecimiento acelerado en lo que respecta al pelo, de forma que hay más pelos que se convierten en canas. Estas van a seguir y a salir siempre, por mucho que nos las arranquemos. Ese pelo no recuperará las células madre. Donde nace una cana, esta morirá con nosotros".
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.