Mariola Báez
Preguntas
¿En qué consiste una prueba de potenciales evocados?
Este método ayuda al diagnóstico de numerosas enfermedades, de la esclerosis múltiple al Alzheimer
El objetivo de un estudio de potenciales evocados es intentar medir la actividad eléctrica que se produce en el cerebro ante estímulos externos. Como explican expertos de la Clínica Universidad de Navarra (@ClinicaNavarra), se trata de una prueba diagnóstica que permite registrar la respuesta cerebral frente a estímulos sensitivos: visuales, auditivos o táctiles eléctricos.
Explicado de manera sencilla, se trata de descubrir qué ocurre desde el momento en el que recibimos un estímulo concreto, como puede ser una luz intensa o un sonido que capten nuestros órganos sensoriales, hasta que llega a nuestro cerebro a través del sistema nervioso.
¿Cuándo puede resultar útil?
Los especialistas coinciden en señalar que cada vez son más los campos en los que la prueba de potenciales evocados, también conocida como estudio electromiográfico, puede aportar valiosa información. El estadounidense National Intitute of Neurological Disorders and Stroke (@NINDSnews) explica que este estudio, que permite medir los impulsos eléctricos que llegan al cerebro, se lleva a cabo principalmente con dos finalidades:
- Evaluar problemas sensoriales derivados de un posible daño en el sistema nervioso.
- Ser una prueba diagnóstica más que ayude a confirmar alguna enfermedad de carácter neurológico, como puede ser la esclerosis múltiple, así como otras patologías, como la presencia de tumores cerebrales, los neuromas acústicos o tumores en el oído interno, y lesiones en la médula espinal.
Según el tipo de estímulos aplicados, el test puede centrarse en el diagnóstico de enfermedades muy concretas. Por ejemplo, los visuales resultan especialmente útiles a la hora de detectar cualquier daño en el nervio óptico, que puede estar causando una pérdida de visión. Por su parte, los auditivos, como señala la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (@SEORLCCC), suelen incluirse dentro de las pruebas que implica una exploración funcional auditiva, siendo útil, por ejemplo, para la detección de la hipoacusia. Aunque hay que aclarar que el estudio presenta lilmitaciones.
Por último, los evocados somatosensoriales miden la respuesta ante estímulos que inciden en el sistema nervioso periférico y pueden arrojar importante información ante el posible diagnóstico de una enfermedad neurodegenerativa. Esclerosis múltiple, traumatismos craneales, pérdida de audición o neuritis óptica son algunas de las patologías en las que esta prueba puede resultar de utilidad, no solo en el diagnóstico, sino también a la hora de controlar la evolución de la enfermedad.
¿Cómo se realiza?
En realidad se trata de un estudio sencillo de realizar, que no requiere preparación previa por parte del paciente ni resulta invasivo. En consultorio o entorno hospitalario, el especialista tendrá que colocar una serie de electrodos en los puntos clave que van a ser estimulados. Generalmente, la mayoría se adhieren al cuero cabelludo y otros pueden situarse en el cuello, la columna vertebral, los hombros, los pies, las manos o incluso en el pabellón auditivo. Si se trata de una prueba de potenciales evocados destinada a medir la actividad de los nervios encargados de hacer llegar los sonidos al cerebro.
Cuando hay que medir el conjunto de la actividad eléctrica que se produce a nivel cerebral, lo que se conoce como potenciales cognitivos, todos los electrodos suelen agruparse en un casco específico, que se coloca en la cabeza del paciente. Es el método más utilizado en el estudio de enfermedades como el Párkinson o el Alzheimer.
La prueba en sí misma es totalmente indolora, aunque puede resultar algo molesta por la sensación extraña que provocan los estímulos eléctricos y, también, por la duración de la misma, ya que para obtener datos fiables es necesario un tiempo mínimo de estimulación constante.
¿Qué pueden indicar los resultados?
Es el especialista quien debe señalar la idoneidad de la realización de una prueba de estas características, en aquellos casos en los que considera que va a aportar información para el diagnóstico o el control de una patología determinada.
Entre otros datos relevantes, especialmente importantes en la detección precoz de la esclerosis múltiple, los potenciales evocados permiten apreciar si el impulso eléctrico se trasmite con anómala lentitud. Algo que podría deberse a cierto grado de desmielinización, es decir, un daño en la capa de mielina que protege el tejido nervioso e influye en esa correcta tansmisión. Una patología no siempre identificable mediante examen neurológico.
Proporcionar información sobre dolencias que presentan síntomas difíciles de identificar y relacionar con una enfermedad concreta, o demostrar el daño en un nervio conductivo sensorial es otra de las utilidades de una prueba que ayuda a analizar, en definitiva, nuestras propias ondas cerebrales.