Mariola Báez
Preguntas
¿Cuándo es conveniente hacerse las pruebas de alergia? ¿Existe algún límite de edad?
Descubrir el alérgeno que las provoca, evitará complicaciones de salud como la rinitis o el asma
Lo que conocemos como reacción alérgica es en realidad, la respuesta que da nuestro organismo ante la presencia de un elemento que considera anómalo y potencialmente peligroso. Estornudos, picor de ojos, prurito, reacciones de carácter inflamatorio... sus síntomas son muy variables, porque hay que tener en cuenta que existen distintos tipos de alergias, que suelen clasifican en tres grupos principales: respiratorias, cutáneas y alimentarias.
Las alergias pueden presentarse a cualquier edad, incluso en personas mayores que nunca antes habían mostrado síntomas. Esas sustancias, frente a las que nuestro sistema inmunológico reacciona, se denominan alérgenos y los hay de todo tipo. Centrándonos en las alergias respiratorias, destacan los ácaros presentes en el polvo y los distintos pólenes. a los que, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (@SEAIC_Alergia), presentan alergia más de ocho millones de personas en nuestro país.
¿En qué consisten las pruebas?
Su objetivo es desenmascarar al alérgeno que provoca síntomas alérgicos más o menos severos y son importantes por un doble motivo. Sus resultados van a permitir poder adoptar las necesarias medidas preventivas frente a él, evitando la exposición, y además, harán posible establecer el tratamiento idóneo para minimizar las consecuencias de la reacción anómala en caso de producirse.
Lo que generalmente llamamos ‘las pruebas de la alergia’ es un complejo estudio alergológico, que va precedido de un análisis detallado de la sintomatología e historial médico de cada paciente y que normalmente consta de dos partes: el test cutáneo y el análisis de sangre en laboratorio.
La clásica prueba que todos conocemos, en la que el especialista coloca una serie de sustancias en el antebrazo para comprobar la posible reacción ante ellas, se denomina prick – test y es un primer paso para establecer un posible diagnóstico.
El panel de sustancias que contienen los alérgenos ‘sospechosos’, siempre en la debida proporción para evitar cualquier riesgo de grave reacción, no suele superar las 8 – 10 ‘gotas’ específicas, que se aplicarán teniendo en cuenta el historial de cada persona, que, seguramente, habrá podido indicar esas posibles situaciones en las que ha detectado que la alergia empieza a desencadenarse.
Aunque cada caso es distinto, la prueba no suele durar más que los 20 – 30 minutos de espera necesarios para confirmar si se produce o no una determinada reacción. Las más frecuentes suelen ser: el enrojecimiento de la zona, el picor o la aparición de alguna pápula o habón en la dermis. En determinados casos, la prueba también puede realizarse colocando en la espalda del paciente una serie de parches impregnados en las sustancias que contienen los alérgenos y que han de llevarse entre 24 y 48 horas.
En ocasiones el estudio se completa con un análisis de sangre, que confirme o descarte la presencia de anticuerpos en el torrente sanguíneo como respuesta clara frente a la ‘agresión’ que supone la presencia del alérgeno.
¿Son peligrosas para las personas mayores?
Las pruebas de la alergia son un método de diagnóstico rápido, escasamente invasivo y, en general, muy seguro. Los test prick, que se limitan a observar la reacción cutánea, pueden realizarse a cualquier edad, según indica la SEAIC. Otras pruebas, pueden implicar un riesgo algo mayor, sobre todo las llamadas de exposición, por lo que, en cualquier caso, siempre deberán hacerse en un centro especializado bajo las directrices del alergólogo.
Salvo que el médico indique lo contrario, por la presencia de alguna enfermedad determinada, un adulto mayor puede hacerse estas pruebas perfectamente y en aquellos casos en los que la alergia puede causar serias complicaciones, detectar el alérgeno que las provoca es de vital importancia.
Como ejemplo, es esencial diagnosticar a tiempo una posible alergia a la picadura de determinados insectos o a las avispas, para evitar un posible y grave shock anafiláctico. También tiene especial importancia en personas mayores que presentan enfermedades de carácter respiratorio como el asma. En estos casos, una reacción que afecte a las vías respiratorias agravaría, de forma considerable, los propios síntomas de la patología.
Aunque se trate de reacciones leves, detectar una alergia en edades avanzadas puede ayudar a incrementar la calidad de vida. Puede que la reacción alérgica que sufres sin saberlo afecte a tu salud ocular. Picores, ojo seco, lagrimeo... tal vez sean consecuencia de una alergia no diagnosticada.
Por último no hay que olvidar la importancia de la detección de cualquier reacción adversa ante un determinado alimento, algo que requiere no solo pruebas cutáneas, sino un estudio más extenso. Lactosa, fructosa, gluten, proteína del huevo... conocer cualquier alergia o intolerancia alimentaria, es básico para el cuidado del aparato digestivo, y para evitar algunas de las patologías frecuentes que pueden afectarle.