Teresa Rey
Preguntas
Qué es la cefalea en racimos y en qué sexo es más frecuente
Es la segunda cefalea primaria más común después de la migraña y tarda en diagnosticarse cinco años
La cefalea en racimos es la segunda cefalea primaria más frecuente después de la migraña, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Aunque las cifras apuntan a que la edad más frecuente de aparición es alrededor de los 30 años, se describen casos en niños, adolescentes y personas mayores. Es más común en los hombres, ya que se diagnostica en dos o tres de ellos por cada mujer, incrementándose estas diferencias cuando es crónica. En España, las estimaciones hablan de unos 47.000 afectados, y el diagnóstico suele hacerse pasados cincos años.
Cómo se manifiesta
El dolor de la cefalea en racimos es muy intenso, tanto que se ha llegado a catalogar como cefalea “suicida”. Este dolor se manifiesta de forma rápida, unilateral, sobre todo, alrededor de un ojo o la sien. La doctora Sonia Santos Lasaosa, Coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN, explica que las crisis se acompañan de otros síntomas, especialmente en los ojos, como lagrimeo, enrojecimiento o caída del párpado y a veces congestión o secreción nasal. El dolor puede aparecer varias veces a lo largo del día y normalmente suele ser a la misma hora.
Este dolor de cabeza puede aparecer y desaparecer a lo largo del tiempo. En ocasiones es una enfermedad asintomática, y en otras surge de forma continuada durante varias semanas. “Si los ataques se producen ininterrumpidamente en un año sin remisión o con remisiones menores a un mes, estamos hablando de una enfermedad crónica. La SEN estima que un 20% de los afectados padecen cefalea en racimos en su forma crónica y que aproximadamente un 10% de éstas son refractarias a los fármacos”.
Diagnóstico
Uno de los problemas de este trastorno es que tarda una media de cinco años en ser diagnosticado. De hecho, solo un 15% de los afectados recibe el diagnóstico adecuado en su primera visita al médico, y un 57% lo obtiene de forma errónea. Esto ocurre en parte porque este dolor de cabeza viene y se va, y las primeras crisis son de corta duración, de modo que a veces el propio paciente no acude a la consulta por este motivo, "ya que no le da importancia", apunta Santos Lasaosa. Aunque también aclara que “la media de médicos visitados antes del diagnóstico es de casi 5 por paciente”, por lo que se debe hacer un esfuerzo desde ambos lados.
Tratamiento
Esta situación repercute en el tratamiento, ya que al no haberse detectado a tiempo se produce un retraso en el acceso al mismo, al igual que a las opciones de prevención.
Generalmente se necesitan varias alternativas para abordar la cefalea en racimos. Hay que analizar los factores desencadenantes para controlarlos y aplicar un tratamiento sintomático que suele ser la oxigenoterapia. Esta se caracteriza por “su eficacia, bajo coste y escasos efectos adversos”. También hay más posibilidades que se deben valorar según cada caso, matizan los expertos.