Mariola Báez
Preguntas
¿Qué es la Degeneración Macular Asociada a la Edad?
Mariola Báez
Jueves 12 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Jueves 12 de diciembre de 2019 a las 6:19 H
3 minutos
Conoce las causas y los síntomas de esta patología ocular que puede llevar a la ceguera
La Degeneración Macular Asociada a la Edad, conocida como DMAE, es una dolencia ocular que afecta a una zona concreta de la retina, la mácula, y su principal consecuencia es la pérdida progresiva de la visión central, aquella que permite precisión a la hora de fijar la vista y ver con claridad los objetos cercanos.
Tal como señala la Sociedad Española de Oftalmología, una degeneración macular de este tipo, en estado avanzado, podría permitir ver, por ejemplo, los números de un reloj al consultar la hora, pero las manecillas de ese reloj no podrían detectarse con claridad al ocupar la zona central de la visión.
Los síntomas que pueden poner sobre aviso acerca de la existencia de esta patología son: visión borrosa, zonas oscuras, distorsión de la visión central o incluso pérdida total de la misma. La Sociedad Oftalmológica asegura que la DMAE, generalmente, no afecta a la visión periférica. Además, explica que existen dos tipos principales de Degeneración Macular Asociada a la Edad:
- DMAE seca o atrófica, la más común y que implica una disminución progresiva de la visión. La causa suele ser el propio envejecimiento natural y el adelgazamiento de los tejidos que forman la retina y, en concreto, la mácula.
- DMAE húmeda o neovascular, la más peligrosa, que solo afecta a un 10% de personas que llegan a padecer un deterioro de la mácula. En este caso, es el crecimiento anómalo de vasos sanguíneos debajo de la retina lo que provoca la enfermedad.
La importancia de la detección precoz
Según datos de la Academia Americana de Oftalmología, la degeneración macular asociada a la edad es una de las principales causas de pérdida de visión en personas mayores de 50 años.
Desde el Departamento de Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra insisten en la importancia de la detección precoz. La prueba llamada Rejilla de Amsler puede ayudar a conseguir detectar los primeros síntomas. Consiste en la observación de una simple cuadrícula que el paciente ha de mirar alternativamente con cada ojo, dirigiendo la mirada siempre al centro. Se trata de comprobar si ve las líneas nítidas, rectas y sin distorsión alguna.
Si existen síntomas, habrá que realizar otras pruebas, como una tomografía óptica de coherencia (OCT) que confirmen la existencia de DMAE, el tipo exacto del que se trata y grado de avance de la enfermedad, para iniciar, así, el tratamiento adecuado en cada caso.