Qué son las células senescentes y qué relación tienen con el envejecimiento

Aunque la población general no conozca en general las células senescentes, lo cierto es que en el mundo de la medicina son objeto de gran variedad de investigaciones, por el papel que tienen dentro del organismo. Como sabemos, las células tienden a dividirse a consecuencia de diversas situaciones, y para evitar que esto suceda, nuestro cuerpo reacciona mediante la llamada senescencia celular. De este modo, la división se detiene y como consecuencia se evita que la célula se vuelva cancerosa.

Por qué se acumulan

Estas células senescentes quedan a la espera de que el sistema inmune las retire. Para ello segregan unas señales con el objeto de avisar que están ahí a las células de alrededor y que tienen que ser eliminadas. Esta actuación es lo que se conoce por fenotipo secretor asociado a la senescencia o SASP. A corto plazo esta situación es beneficiosa pero el problema se produce cuando las células senescentes se acumulan y no desaparecen. Algo que suele suceder a medida que envejecemos, ya que el proceso de senescencia se ralentiza con el paso del tiempo.

De este modo, mientras nuestro cuerpo envejece las células senescentes van siendo cada vez más y, como consecuencia, el sistema inmune se satura, acaba agotándose y al final se vuelve menos eficaz. Y este no es solo el problema, al final el resultado de esta situación propicia la aparición de enfermedades diversas como patologías autoinmunes, aterosclerosis o cáncer.

Radicales libres

Estas células se instalan a lo largo de nuestros tejidos y órganos, incidiendo en las células sanas de alrededor y dando lugar a una inflamación crónica que genera radicales libres. Estos son responsables del envejecimiento celular que a su vez está vinculado con algunas enfermedades como la fibrosis pulmonar o la artritis reumatoide, entre otras.

Por este motivo, se llevan a cabo distintas investigaciones orientadas a acabar con la presencia de células senescentes. Entre los distintos tipos destacan los estudios con sustancias que tienen como finalidad atacarlas y suprimirlas mediante apoptosis (muerte celular), retirándolas después y a continuación poder recuperar algunas de las funciones de los tejidos dañados. También se están viendo otras posibilidades por medio de fármacos específicos y con nanotecnología.