Teresa Rey
Preguntas
Qué son los defectos congénitos, ¿tienen solución?
Se trata de anomalías que se padecen desde el nacimiento y que pueden afectar a cualquier órgano
Hay personas que presentan desde su nacimiento unas anomalías que pueden alterar las estructuras o funciones del organismo, y que se conocen como defectos congénitos. Estos pueden aparecer antes, durante o después del nacimiento. Además, afectan a cualquier parte u órgano del cuerpo como el corazón, el cerebro… y pueden ser visibles o no. Algunos ejemplos son el labio leporino, una mano con seis dedos, sordera, ceguera, defectos cardíacos o el Síndrome de Down, entre otros muchos.
Desde el nacimiento
Estos trastornos se pueden producir en cualquier momento de la gestación de la madre, pero se cree que los tres primeros meses del embarazo son decisivos, porque es el momento en el que se forman los órganos del feto. Si bien no son muy comunes, se estima que el total de niños afectados asciende al 7%, según datos de la Fundación 1000 sobre defectos congénitos, y muchos de ellos tienen un impacto importante en la salud de quienes los padecen.
El origen de los defectos congénitos es incierto, en algunos casos pueden deberse a los genes (alteraciones en los cromosomas, principalmente), hábitos nocivos durante el embarazo (fumar, beber…), la ingesta de determinados medicamentos o los años de la madre, a más edad más riesgo. Sí se sabe por ejemplo que el abuso de alcohol es el desencadenante del síndrome alcohólico fetal. A veces una deficiencia de ácido fólico puede ocasionar estas anomalías.
En otros casos se apuntan a motivos medioambientales y al entorno que ha rodeado a la madre durante las nueves meses de gestación.
Según la gravedad
La gravedad de estos trastornos depende del tipo que sea. En algunos casos, no constituyen un problema de salud grave, ya que solo afectan solo a la apariencia, como puede ser el hecho de presentar alguna deformidad en las manos o los pies.
Cuando afectan a las funciones hablamos de problemas que implican alteraciones metabólicas o del sistema inmune, entre otros. En este caso estarían el hipotiroidismo congénito o la discapacidad intelectual.
En otros, se necesitan tratamientos específicos que se tienen que adecuar a las características de cada paciente. La mayoría de ellos no se curan, pero otros sí es posible abordarlos desde la cirugía como es el caso por ejemplo del labio leporino, que puede experimentar una mejora, o una mano con más dedos de lo normal.