Teresa Rey
Preguntas
Fórmulas para que los mayores aprendan a incrementar su autoestima
Los expertos aconsejan aclimatarse a esta nueva etapa de la vida manteniéndose activo y curioso
El envejecimiento es una etapa más de la vida a la que es necesario adaptarse. Se producen una serie de cambios fisiológicos, físicos y psicológicos a los hay que amoldarse. Como toda transformación, se necesita un periodo de adaptación, pero durante ese camino es posible experimentar altibajos, así como momentos más apáticos o eufóricos. También etapas de mayor o menor autoestima. Respecto a esta última, es importante tratar de mantenerla porque es el motor que nos impulsará para seguir adelante a pesar de que, en ocasiones, presentemos momentos de decaimiento.
Qué ocurre durante el envejecimiento
Se considera que el envejecimiento es una nueva etapa del ciclo vital que empieza en torno a los 65 años y que implica una serie de cambios progresivos, que conllevan la aparición de alteraciones concretas en el organismo. Se experimentan modificaciones anatómicas relacionadas con, por ejemplo, la estatura o la posición corporal. También se observa una ralentización de la psicomotricidad, de modo que hay ciertas tareas que hacemos con más lentitud, y se produce el declive de algunas capacidades intelectuales.
Desde un punto de vista psicológico, en algunas personas puede iniciarse un periodo de reflexión en el que se analiza el desarrollo de cómo ha sido la vida hasta ese momento. Habrá personas mayores que lleguen a conclusiones positivas porque consideran que han cumplido sus objetivos y otras que piensen todo lo contrario. Los pensamientos negativos, junto a todo lo que se experimenta en el cuerpo, pueden desencadenar problemas de autoestima. Para evitarlos resulta esencial estar preparados. No es un camino fácil, pero si nos ponemos en marcha cuanto antes podremos sobrellevar mejor este proceso.
Aceptar la nueva etapa vital
El primer paso para encontrarse mejor cuando somos mayores es aceptar que estamos ante una nueva etapa de la vida, con todo lo que ello conlleva. Hay que asimilar que este es un proceso natural al que se enfrentan todos los seres humanos que alcanzan este ciclo.
Si trabajábamos anteriormente, hemos de ser conscientes de lo que supone la jubilación. Probablemente se reduzca nuestro círculo social y, a partir de ahora, vayamos a disponer de más tiempo libre. Para esto deberíamos ir preparándonos antes de que se produzca este momento. Y cuanto antes comencemos a ser conscientes de esta realidad, antes podremos empezar a disfrutar de lo que nos ofrece la vida. Se trata de adelantarse y gestionar con eficacia lo que va a ser nuestra rutina a partir de ahora.
Mantente activo
Ahora es el momento de hacer aquellas cosas que quizá con el trabajo no podíamos. Es positivo cultivar una afición o tener un hobby y si ya lo teníamos, tal vez ahora es el instante de dedicarle más tiempo. Podemos apuntarnos a alguna actividad colectiva con la que nos sintamos a gusto y que haga más amplío nuestro círculo de amistades.
Debemos seguir manteniendo nuestra autonomía dentro de nuestras posibilidades, hacer las tareas de casa, salir a la calle a hacer la compra o cualquier otra actividad que implique obligaciones. Estas no deben dejarse de lado cuando se es mayor ni tampoco las responsabilidades.
Si vemos que en nuestra familia se muestran demasiado solícitos, de modo que no nos dejan ser autónomos y esto no nos complace, debemos hablarlo con claridad y calma. En estos momentos lo importante es ser pacientes, pues los que se encuentran en nuestro entorno también han de adaptarse a la nueva situación.
Por otro lado, si necesitamos ayuda no debemos dejar de pedirla, ni nos tiene que incomodar hacerlo. Quienes nos rodean han de ser comprensivos, pero nosotros con ellos también y entender que a veces esa ayuda puede que no llegue todo lo rápido que nos gustaría.
Sigue hablando y comunicándote
La necesidad de comunicarse o de relacionarse no disminuye con la edad. Otra cosa distinta es que el mayor se vea obligado a una soledad no deseada o que su ámbito social se reduzca por las circunstancias.
Si podemos mantener un grupo de amigos o el contacto con personas de nuestra misma edad, con los que poder intercambiar impresiones o expresar nuestras inquietudes, conseguiremos un mayor bienestar emocional. De igual modo, hablar con los hijos o familiares también es importante, siempre y cuando estas relaciones se desarrollen con normalidad.
Aprende y sé curioso
Dicen que mientras se mantiene viva la curiosidad perdura el espíritu joven. Así resulta interesante seguir teniendo interés por aprender o conocer. Los mayores que logran esto disponen de una existencia más plena y productiva. De esta manera, nos sentiremos más llenos y notaremos que nos encontramos en general más motivados, ya que descubrir cosas nuevas es un acicate para el bienestar emocional y la autoestima.
Autorrealízate
Quizás es el momento de ponerte pequeños retos o metas y empezar a hacer cosas que hasta el momento no te habías planteado. Se trata de desarrollar actividades que nos gusten y que estén dentro de nuestras posibilidades, sin dejar de ser realistas para no frustrarnos. Por ejemplo, si siempre quisiste escribir un libro y no lo has hecho porque el trabajo o el cuidado de tus hijos te lo impedían, ahora tal vez ha llegado la oportunidad que estabas esperando.