Teresa Rey
Preguntas
Qué tipo de ropa y calzado elegir para aliviar el dolor de espalda en los mayores
La forma en que nos vestimos o el calzado que usemos influye en la salud de nuestra columna
Tal vez no lo hayamos pensado nunca o simplemente no hemos reparado en ello, pero la forma en que nos vestimos y, por supuesto, en la que nos calzamos puede influir en el hecho de sufrir o no dolor de espalda. Esto es por ejemplo lo que afirman desde la Asociación Británica de Quiroprácticos (BCA, por sus siglas en inglés), institución desde la que realizaron un estudio en el que concluyeron que el 73% de las mujeres tienen este problema, y que la ropa que suelen llevar tiene bastante que ver.
No a la ropa ajustada
Las encuestadas no sabían que elegir un tipo de pantalón u otro puede incluso potenciar este dolor, que en ocasiones se extiende al cuello. De entre las prendas que son más perjudiciales destacan los pantalones de pitillo, los bolsos tamaño XXL y los que se llevan en bandolera, y abrigos con capuchas grandes. En cuanto a temas de calzado, los más nocivos son lo de tacón alto y los zuecos. Cada uno de estos elementos puede incrementar estas dolencias en la espalda tanto en personas jóvenes como en adultos mayores.
Desde la iniciativa No le des la espalda, integrada por varias sociedades científicas y asociaciones de salud, aseguran que la clave para paliar estas molestias es llevar ropa cómoda y holgada. Es cierto que no existen unas reglas fijas, y que el hecho de cambiar de estilo en cuanto a la forma de vestir puede implicar una variación mínima en lo referente al dolor que padezcamos, pero todo dependerá del tipo de trastorno que presentemos.
Lo peor siempre es ponerse ropa que comprima, la que es ajustada y estrecha los tejidos no es beneficiosa porque afecta a la circulación sanguínea de las piernas alterándola y ralentizándola. Hemos de tener presente que las extremidades inferiores son el sustento del tronco, por lo que si las comprimimos podremos facilitar el surgimiento de dolencias. Tampoco es bueno que apriete la zona del abdomen.
En el caso de ser deportista o mientras se efectúa en general ejercicio físico, lo importante es dejar que el cuerpo transpire. De igual modo debemos comprar ropa que sea de nuestra talla, porque si es demasiado ajustada además de no poder hacer bien los ejercicios puede que sudemos más de lo normal. El deporte en un dolor de espalda inflamatorio es bueno, pero siempre bien hecho y con los accesorios adecuados, porque de lo contrario el dolor puede empeorar.
Desde la BCA aseguran que hay que tratar de alternar a la hora de vestirse. No es necesario cambiar el vestuario de forma radical. Una vez que conocemos qué ropa es más nociva para nuestra espalda, podemos aprender a combinarla, y aquella que es más perjudicial la podemos usar menos, pero tampoco significa que haya que descartarla del todo. Somos nosotros quienes tendremos que evaluar qué nos molesta más.
Respecto a los bolsos, hay que procurar no cargarlos demasiado, sobre todo, con lo que no resulte necesario, para que no pesen mucho, y es conveniente irlos cambiando de hombro. Los cruzados tienden a cargar el lado del que siempre los llevamos, que suele ser el mismo, al igual que los de asas, por eso es importante variar y no sobrecargar siempre la misma zona.
Las mujeres deben prestar atención a los sujetadores que usan. La talla debe ser la adecuada, pues los demasiado estrechos pueden presionar los hombros, y si quedan sueltos, además de sentir incomodidad no van a cumplir bien su misión. Los sujetadores deportivos deben ser también adecuados a la complexión de cada persona, tamaño del pecho y evitar que queden muy justos.
El calzado es fundamental
Otro elemento vital para prevenir el dolor de espalda o paliarlo es el calzado. La amortiguación de la suela y de los tacones que presenta es fundamental, por lo que debes asegurarte que están bien cubiertos en este sentido. Del mismo modo, tienen que ser flexibles, nada rígidos y que permitan una buena movilidad del pie, y esta ha de amoldarse de forma correcta.
Si no llevas unos zapatos con los que te sientas a gusto puede suceder que no camines bien. Esto da lugar a rozaduras y a trastornos en la espalda, porque la manera en que caminamos influye en la postura de nuestra columna vertebral. En algunas zapatillas deportivas se incluyen cámaras de aire o acolchados, que son muy beneficiosos para prevenir lesiones.
En cuanto a los tacones, hay que evitarlos en la medida de lo posible. Has de tener en cuenta que con ellos estás forzando a que el pie adopte una postura antinatural, y esto afecta sobre todo a la zona lumbar. Además, se puede sobrecargar la rodilla, deformar los dedos de los pies, contracturar los gemelos o incrementar el riesgo de sufrir un esguince de tobillo.
Se puede recurrir a ellos de forma excepcional, pero lo aconsejable es usar zapatos de tacón bajo. En las personas mayores, lo ideal es que este sea de 2,5 centímetros como máximo.