Victoria Herrero
Preguntas
¿Qué consecuencias provoca el confinamiento a nivel psicológico en los mayores?
El estar aislados puede generar situaciones de ansiedad, irritabilidad o nerviosismo en la población
La obligación de confinamiento que debe cumplir todo el país, desde que se decretó el estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus, no solo afecta a la libertad de movimiento. Estar encerrados las 24 horas del día, durante tantas semanas, también puede pasar factura a nivel psicológico. Algo especialmente significativo en el colectivo que conforman los mayores de 65 años que, además, son también los más vulnerables a la enfermedad del COVID-19. Una situación que se torna todavía más dramática entre aquellos que viven en soledad, más de dos millones en toda España.
Ansiedad, miedo, preocupación o depresión
Estas son algunas de las señales que evidencian que el confinamiento está afectando a nivel emocional a las personas. Un estado de ánimo que se va resintiendo con el paso de las horas y unos días que apenas cambian. No se trata solo del hecho de que las personas mayores no puedan continuar con su rutina habitual, sino que el aislamiento en sus domicilios hace que estén menos expuestos a los estímulos sensoriales que les resultan tan saludables, como dar un paso por el parque, ir al cine con los amigos o tomar algo en una terraza.
Una situación actual que, como recuerdan los expertos del área de Medicina Psicológica del King's College de Londres (@KingsCollegeLon) en varios estudios, está detrás de la irritabilidad y el bajo estado de ánimo. Estos son los dos efectos que según estos profesionales se observan en más de la mitad de los individuos que están sometidos a una cuarentena en su propia casa. Unos síntomas a los que se suman, por ejemplo, el insomnio, la ira, el estrés postraumático, la apatía o la tristeza.
Además, a todo esto se une la incertidumbre ante lo desconocido. Hace un par de meses solo se tenía la noticia de un brote epidémico que se había producido en una localidad de China y, a día de hoy, los fallecidos por ese contagio en España superan ya las 3.400 personas. Una cifra que incluso sobrepasa a la de la provincia asiática donde comenzó todo.
Una falta de información que, a su vez, también se atenúa por el hecho de no saber a ciencia cierta cuándo acabará esta alerta sanitaria y volverá todo a la normalidad. Preguntas que generan un estado de ansiedad y entre las que también aparecen dudas relativas a cómo dañará esta situación a la economía del país y, lo que es más importante, si acabará afectando a nuestros seres queridos o a cada uno en particular.
También está el añadido de que durante la cuarentena no se puede mantener el contacto físico con familiares y amigos. Algo especialmente complicado, pues el ser humano es una criatura muy sociable que busca el contacto continúo con los de su especie; sobre todo cuando se trata de personas mayores que viven en completa soledad.
¿Cómo reducir esa sensación de angustia?
Para gestionar el aislamiento de la mejor manera y sin que por ello afecte a la salud mental de los mayores, desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid (@CopMadrid) recuerdan que lo primero de todo es aceptar y entender la realidad que ha tocado vivir. De esta manera, el hecho de permanecer en casa no resultará tan asfixiante.
De igual modo, es importante tener presente que se trata de algo temporal, por lo que hay que tener paciencia y confiar en que todo se vaya solucionando poco a poco. Así pues, otro de los consejos es pensar en todo aquello que se hará cuando esto acabe y se recupere la rutina diaria. Unas metas y objetivos que permitirán a los mayores olvidarse del presente y no sufrir por él.
También es fundamental que aquellas personas que vivan solas no corten la comunicación con su familia o amigos. No solo se trata de una forma de comprobar que todo sigue bien en términos de salud, sino de aprovechar dichos momentos para divertirse y evadirse. Para ello, nada mejor que hacer llamadas telefónicas de forma regular o usar la ayuda de las nuevas tecnologías en forma de videollamadas.
Y una última recomendación que comparten los expertos mencionados: apagar la televisión de vez en cuando. Una cosa es estar informado y otra pasarse horas frente a la pequeña pantalla donde las noticias negativas copan buena parte de la programación.
Ahora es un buen momento para retomar aquella serie que se dejó a medias, empezar a leer una nueva novela, escuchar música tranquilamente o animarse a probar suerte en la cocina. Tiempo hay de sobra y, además, se puede aprovechar para practicar alguna rutina deportiva (no es necesario que sea demasiado exigente) para paliar esa falta de actividad fuera del domicilio. Es una estupenda forma de mantener la mente ocupada y oxigenarla de la dramática situación que se vive al cruzar la puerta de casa.