Teresa Rey
Preguntas
¿Cuándo deben acudir los mayores a los servicios de urgencias?
Siempre se ha de evaluar la gravedad de los síntomas y el tipo de lesión o alteración que se tiene
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS @opsoms) “la atención de urgencia es una parte esencial de la prestación de servicios de salud en los sistemas sanitarios” de todo el mundo. De hecho, los servicios de urgencia bien estructurados facilitan el reconocimiento oportuno, la gestión del tratamiento, y, en el caso de ser necesario el abordaje continuado de enfermedades agudas de forma adecuada.
Ahora bien, precisamente por la importancia de este tipo de asistencia es importante realizar un buen uso del servicio de urgencias, algo que quizá no sabemos muy bien porque no existen unas indicaciones específicas. Las personas mayores al tener una salud más frágil, deben estar atentas a determinados síntomas y valorar sus condiciones físicas específicas, pero en general existen una serie de recomendaciones que se han de tener en cuenta a la hora de acudir o no a urgencias.
Varias posibilidades
Por un lado, dentro de los Centros de Salud se prestan todos los servicios relacionados con problemas relativos a enfermedades, de modo que ante un evento determinado y cuya gravedad no se considere extrema, se puede acudir a este espacio en condición de urgente. Si el facultativo que nos atiende estima que no tiene los medios suficientes para tratarnos de forma adecuada nos derivará a las urgencias hospitalarias.
En los hospitales, el servicio de urgencias está operativo las 24 horas, los 365 días del año, con una disponibilidad continuada y cubre las necesidades de cualquier tipo de población. Desde este se evalúa al paciente para diagnosticarlo y determinar si es necesario hospitalizarlo, trasladarlo a otro centro especializado o darle el alta al domicilio.
La duda que tienen muchos pacientes es que no saben muy bien cuándo acudir a las urgencias. Como opción y en caso de duda, siempre se puede llamar al 112. Se trata de un teléfono único para cualquier tipo de emergencias y urgencias, y no es un servicio de información. Es gratuito y al que se puede llamar desde cualquier teléfono móvil o fijo.
Hay que recurrir a él si nos encontramos por ejemplo con alguien que ha sufrido una lesión o está en una situación cuya vida está en riesgo. Así, estamos hablando principalmente de los siguientes momentos:
- Pérdida de Consciencia.
- Dolor en el pecho.
- Síntomas de confusión aguda.
- Dificultad para respirar.
- Un sangrado severo que es imposible detener.
- Quemaduras y escaldaduras.
- Crisis epiléticas.
- Reacciones alérgicas severas.
- Accidentes de tráfico.
- Traumatismos fuertes en la cabeza.
- Lesiones producidas por disparos y puñaladas.
Ante de telefonear al 112, si la situación no es grave y no hay un riesgo para la vida inmediato, se recomienda acudir, bien a los centros de salud, bien a las urgencias de este y de los hospitales.
Cuándo ir al hospital
Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (@SEMES_) indican que hay que acudir a las urgencias hospitalarias cuando las personas con enfermedades crónicas presentan fiebre alta, ante diarreas y vómitos que no cesan, traumatismos que limitan el movimiento o con deformidad, cuando se ha tenido un golpe intenso en la cabeza al margen de que se haya perdido el conocimiento, y si hay una dificultad extrema para respirar.
Estos son algunos de los supuestos más graves ante los que se debería recurrir a este tipo de atención. Otros expertos indican que determinados síntomas pueden estar alertándonos de una emergencia como, por ejemplo:
- Fiebre alta con dolor de cabeza y rigidez en el cuello.
- Incapacidad repentina para habla, ver o moverse.
- Confusión repentina.
- Convulsiones.
- Tos o vómitos con sangre.
- Reacciones alérgicas graves que impiden respirar bien, y provocan hinchazón y urticaria.
- Mareo o debilidad continuadas.
- Intoxicaciones o sobredosis.
- Inhalación de humo o gases tóxicos.
La atención
Una vez lleguemos a las urgencias del hospital se ha de pasar por un proceso de clasificación llamado triaje. Primero se pedirá la tarjeta sanitaria, que ha de estar en vigor. Después es necesario esperar hasta que nos atienda el médico o el personal sanitario para que realice una primera valoración. Si llegamos en ambulancia se nos indicarán los pasos a seguir.
En la sala de triaje, el profesional de la salud aplica un método validado para adjudicar un grado de gravedad al paciente según la sintomatología que presenta. Se establece una prioridad asistencial y los recursos necesarios para la atención. De este modo, se ha de tener en cuenta que no se atiende por orden de llegada, sino por la prioridad que haya determinado el experto. Desde la página web de información de la Comunidad de Madrid, indican los colores de dichas prioridad y su significado:
- Rojo: es una emergencia vital que debe atenderse de forma inmediata al estar en riesgo la vida.
- Naranja: una urgencia grave que ha de abordarse en menos de 10 minutos.
- Amarilla: el tiempo de asistencia en estos casos se puede demorar hasta una hora.
- Verde: poco urgente, de modo que puede atenderse en un periodo de hasta dos horas.
- Azul: esta se califica como no urgente y por ello el tiempo de asistencia se puede prolongar a lo largo de cuatro horas.
Así pues, una vez realizada esta clasificación, solo quedará esperar en función de la prioridad que nos hayan dado que podrá prolongarse más o menos según lo saturadas que se encuentren las instalaciones.