Teresa Rey
Preguntas
Cómo identificar el síndrome de intolerancia a múltiples fármacos
Cuando se tienen reacciones alérgicas a tres o más medicamentos se padece este trastorno
Las reacciones alérgicas a algunos fármacos son las que experimentan algunas personas a la hora de tomar un medicamento. Al principio es posible que no haya ningún tipo de manifestación, pero el sistema inmunitario puede desarrollar un anticuerpo contra esa sustancia. De esta manera la próxima vez que se ingiere, el organismo actuará provocando una reacción alérgica. Esto puede suceder con un solo medicamento, pero a veces ocurre que se tiene alergia o intolerancia a múltiples fármacos. Cuando sucede con tres o más de ellos entre ellos no hay principios activos relacionados, entonces se califica como Síndrome de Intolerancia a Múltiples Fármacos.
No son efectos adversos
Las cifras estiman que este trastorno se da entre un 2% y 5% de la población, y tanto en América como en Europa los mayores índices se aprecian sobre todo en pacientes hospitalizados. Además, es más común o se tiene más posibilidades de sufrirlo a medida que se cumplen años ya que al ser mayores la cantidad de medicamentos que se ingieren va incrementándose. Por todo ello, resulta más frecuente en personas que tienen más problemas de salud y que necesitan más tratamientos farmacológicos. Del mismo modo, las estadísticas reflejan que suele presentarse más en mujeres.
Los medicamentos que más reacciones alérgicas suelen provocar son los anticonvulsivos, la insulina, los medios de contraste para rayos X con yodo, la penicilina y los antibióticos conexos y las sulfamidas.
Hay que tener en cuenta que los efectos secundarios que provocan los fármacos son algo diferente a lo que sucede en este trastorno y que, por lo tanto, se trata de dificultades distintas. A veces se tiende a confundir un efecto leve como pueden ser las náuseas, con una tolerancia o alergia. Del mismo modo, tomar algunos de estos productos da lugar a veces a urticaria pero no tiene que ser alérgica o incluso asma sin que se comprometa el sistema inmunitario, como ocurre por ejemplo con la aspirina.
Se sabe que hay algunos fármacos que poseen cierta tendencia a estimular la producción de anticuerpos, aunque no es lo habitual. De hecho, se desconocen las causas de este síndrome y no se sabe con seguridad cómo se origina la sensibilización inicial ni cuál es la participación del sistema inmunitario. Lo que puede suceder porque a veces ocurre así tal y como se ha comprobado en algunos pacientes, es que una vez que un fármaco estimula una respuesta inmunitaria, es probable que se produzcan reacciones cruzadas.
Signos a tener en cuenta
Todos los medicamentos llevan asociados distintos efectos adversos como podemos leer en los prospectos. Entre estos, son comunes los problemas gastrointestinales, a veces las cefaleas, erupciones cutáneas o dolores musculares. Suele ocurrir además que la mayoría de las reacciones adversas a los fármacos se deben a otros aspectos y no tienen que volver a presentarse al repetirse la exposición. Como opción siempre cabe la posibilidad de utilizar dosis más bajas del mismo medicamento u otros medicamentos relacionados en caso de ser necesario, según nos indique el médico.
Ahora bien, distintos a los efectos secundarios son las alergias. En estos casos los síntomas difieren. Se experimentan normalmente urticarias, picazón, hinchazón, fiebre, ausencia de aire, sibilancias o ronchas, entre otros. En el caso de presentar anafilaxia (reacción alérgica grave) los síntomas son más alarmantes pues se puede sentir confusión, mareos, desmayos, desvanecimientos, palpitaciones, etcétera.
Los signos y los síntomas de las alergias medicamentosas varían en función de cada paciente, no tienen que ser los mismos en cada caso, y también en función del fármaco. Además un único agente puede causar reacciones diferentes en distintos pacientes.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de este síndrome se debe de hacer una vez que el paciente informe de lo que le ha sucedido. Es importante que las pruebas de hipersensibilidad se lleven a cabo a los pocos minutos u horas tras haberse administrado el fármaco y tener la reacción. Sin embargo, esto no suele suceder, pero aun así es conveniente someterse a un análisis para establecer ante qué problema nos hallamos.
Primero se efectúa una evaluación teniendo en cuenta los antecedentes médicos para ver si se han producido intolerancias con anterioridad. Se tiene en cuenta la interacción de los medicamentos que se emplean y las afecciones que se tienen, algo importante a la hora de determinar los problemas recurrentes por la exposición repetida a fármacos.
En estos casos hay que acudir a un alergólogo que nos hará alguna prueba cutánea o pruebas de provocación con el fármaco, siempre de una forma controlada. A veces se hacen exámenes diagnósticos precisos si es pertinente, como la evaluación de la alergia a la penicilina.
Los expertos indican que la hipersensibilidad va remitiendo con el tiempo y que las personas que sufren el síndrome de intolerancia a múltiples fármacos acaban tolerando los medicamentos después de una evaluación correcta. Del mismo modo se tiene que educar a las personas con alergias a los medicamentos para que aprendan a evitar aquellos a los que sean alérgicos y llevar una identificación o un brazalete de alerta.