Teresa Rey
Preguntas
Lesiones y fracturas más frecuentes en personas mayores
En este grupo poblacional se suele padecer lesiones y fracturas por pérdida de masa muscular
El riesgo de padecer un golpe en las extremidades superiores e inferiores siempre está presente, en cualquier época del año, y aún más en las personas mayores. En este grupo de población es más habitual padecer lesiones y fracturas a consecuencia de la pérdida de masa muscular y de la fortaleza ósea. Hay a su vez un incremento de los problemas con el equilibrio y trastornos de visión, lo que propicia esta posibilidad. Todo dependerá del tipo de golpe que nos demos, pero si no resultan graves tienden a mejorar en unos días.
Hacer una evaluación
Los golpes en piernas y brazos son frecuentes en la vida cotidiana al hacer por ejemplo las tareas del hogar y si practicamos deportes también pueden suceder. Sin embargo, al salir a la calle está la opción de poder golpearse con cualquier objeto de la forma más inesperada, por eso debemos ser cuidadosos siempre que podamos. En casa hemos de estar pendientes de ciertos elementos para evitar estos contratiempos y en la medida de lo posible debemos tener las habitaciones despejadas de cualquier elemento que propicie este tipo de accidentes.
Cuando nos damos un golpe en cualquiera de las extremidades lo más normal es que sintamos un dolor fuerte e intenso. Tendremos que observar si después del mismo la zona se presenta inflamada o con hinchazón. Si se trata de algo leve podremos aplicar frío en la parte dañada con el objeto de paliar estos síntomas.
En primer lugar no debemos alterarnos y mantener la calma, pues si ha sido una contusión leve no debe asustarnos más de lo normal. Esto nos permitirá estar tranquilos para hacer una evaluación de la gravedad del golpe. Hay una serie de elementos que nos pueden indicar que detrás de nuestro traspié puede haber una fractura o luxación.
Tendremos que fijarnos si la parte sobre la que nos golpeamos presenta algún tipo de deformidad. Esto puede ser porque el hueso se haya dislocado y sobresalga de tal modo que genere esta deformación. Si es así debemos acudir al médico de forma inmediata. Nos tiene que hacer sospechar el que aparezca un moretón o hematoma, o si al tocar la extremidad y apoyarla si es el caso, se produce un dolor muy intenso, más fuerte de lo normal. Si al mismo tiempo vemos que nos resulta imposible mover la parte golpeada, hemos de ir a que un profesional de la salud nos haga las pruebas y evaluaciones pertinentes.
Ante cualquier duda no obstante siempre es posible llamar al 112 y contar lo que ha sucedido, pues desde este servicio nos informarán de cómo debemos proceder.
Cómo aplicar frío
El método más efectivo para calmar un golpe siempre que no se trate nada más que de una simple contusión, es aplicar frío. Lo ideal es usar una bolsa de hielo, un paquete de gel para estos casos, o algún producto que tengamos en el congelador. No es recomendable ponerlo directamente sobre la piel para no perjudicarla, por ello es mejor envolver el elemento que vayamos a emplear en un trapo o toalla.
Hemos de tratar que el frío aborde toda la zona que se ha golpeado y mantenerlo entre diez y veinte minutos, pero no más. Esto puedes repetirlo cada dos horas durante dos y tres días. Otra medida consiste en mantener en alto la extremidad perjudicada pues de este modo contribuimos a que se baje la inflamación.
Si pasados unos días vemos que este remedio no ha surtido efecto y que la dolencia persiste, entonces tendremos que consultar con un facultativo.
Tipos de lesiones
A veces puede que no nos hayamos dado un golpe necesariamente pero un uso excesivo de algunas articulaciones puede dar lugar a ciertas lesiones que lleven a inflamaciones en estas partes del cuerpo. En estas situaciones se daría por ejemplo bursitis, que es cuando se produce una inflamación en los sacos de líquido que amortiguan y lubrican los huesos. Las fibras que conectan los músculos a los huesos se desgarran o inflaman en ocasiones si se producen sobreesfuerzos. Las fascia plantar es habitual que se altere, ya que se encuentra en la planta del pie y en ocasiones desencadena una fascitis plantar. Otras veces se producen fisuras finas en los huesos.
En las lesiones de tipo traumático lo más habitual, aparte de las contusiones que pueden dar lugar a moretones, son los trastornos en tendones (tendón de Aquiles) o ligamentos (esguinces). Desgarros o tirones musculares son bastante comunes. Y en los casos más extremos se llegarían a desarrollar las fracturas en los huesos.
En algunos casos cuando el tipo de golpe así lo requiera es posible que se necesite algún tratamiento complementario como la rehabilitación con fisioterapia. De igual modo, el médico evaluará si hay que recurrir al uso de algún dispositivo adicional tipo férula, que ayude a corregir la alteración.