Teresa Rey
Preguntas
¿Qué tipos de catéter hay y cuándo los necesitan los mayores?
Tienen varios usos, desde el drenaje de líquidos hasta la introducción de medicamentos o nutrientes
Muchas de las personas que han estado ingresadas en un hospital o que han necesitado ciertos cuidados especiales han experimentado lo que es tener un catéter. Se trata de un tubo delgado hecho de un plástico suave y flexible que se utiliza para el drenaje de líquidos, administrar medicamentos, productos sanguíneos, nutrientes o fluidos directamente en la sangre. A veces se emplea también para la extracción de este líquido y así realizar determinadas pruebas. Sus usos son muy variados y extensos.
Por un lado, tenemos los urinarios que se emplean para drenar la orina de la vejiga en pacientes que presentan problemas para orinar o poseen un control alterado de la vejiga. Los catéteres intravenosos o de vía intravenosa se usan para administrar medicamentos o fluidos directamente a la sangre y para medir la presión arterial.
Al mismo tiempo, es posible conectarlos a una máquina de diálisis para filtrar los materiales de desecho de la sangre en el caso de que los riñones no funcionen. Del mismo modo, hay catéteres que se llevan al corazón por medio de una arteria o vena para diagnosticar o tratar algunas patologías cardíacas.
Catéteres urinarios
Estos suele ser temporales, si el sondaje es intermitente, de modo que se insertan varias veces al día con el objetivo de drenar la vejiga a través de la uretra. En estos casos el tubo lo que permite es que la orina se traslade desde la vejiga hacia el exterior, y pueda expulsarse cuando el paciente no lo puede hacer por sí mismo.
Como alternativa es posible colocar catéteres permanentes o Foley, que permanecen en la uretra durante días o semanas. Para sostenerlos en el lugar correspondiente se usa un globo inflado en el extremo de la vejiga. La orina se drena en una bolsa que se sujeta a la pierna o la cama del paciente mientras duerme. Esto impide que el catéter se tenga que colocar varias veces al día, pero el riesgo de infección se incrementa, por eso hay que cambiarlo cada cierto tiempo.
Por último, dentro de este grupo están los catéteres subrapúbicos, que se ubican en la vejiga a través de un orificio por debajo del ombligo en lugar de en la uretra. El procedimiento se debe realizar bajo anestesia general, local o epidural. Se recurre a ellos en general cuando la uretra está dañada o bloqueada.
Catéteres intravenosos
Este tipo de tubos se usan generalmente para introducir fármacos, nutrientes, infusión continuada de quimioterapia y tratamientos variados, ya en el hospital, ya en casa.
Dentro de esta modalidad, está el catéter venoso central, que suele ser grande y largo, y se sitúa en un brazo, en una pierna, en el cuello o en el pecho. El objetivo es conectarlo a una vena cava que conduce al corazón. Se utiliza sobre todo, para administrar medicamentos a los pacientes de larga estancia hospitalaria y que deben permanecer ingresados durante un tiempo prolongado. Es habitual en la quimioterapia, la diálisis o para introducir nutrientes a pacientes que no pueden ingerir alimentos.
Se mantiene, por tanto, durante todo el tiempo que dure el tratamiento, de tal forma que no hay que colocar una aguja para cada sesión. Antes de que se nos aplique este dispositivo podemos preguntar cuál es el más adecuado en nuestro caso y los motivos, sobre todo, si el tratamiento se va a prolongar en el tiempo. Hay que tener en cuenta que este tipo de elementos restringen ciertas actividades, y por ello se debe considerar la seguridad. Cada tipo viene con sus propias precauciones específicas, así como posible problemas y complicaciones. Si tenemos dudas en este sentido, lo más recomendable es que las aclaremos.
Además, está también el catéter venoso periférico, que es el más simple y menos costoso. Se trata de una vía intravenosa de corta duración situada en una vena de la mano, en el antebrazo y en el pie. Una enfermera lo reemplazada cada pocos días. Para su colocación no es necesaria, por tanto, cirugía.
Cateterismo cardíaco
Para el corazón se recurre a unos catéteres específicos. Estos suelen ser bastante largos y se colocan a través de venas y arterias, de modo que avanzan a través de los mismos hasta llegar al corazón. Muchas veces se utilizan para conseguir un diagnóstico y tratamientos más precisos, para poner stents, además de para la ablación del tejido cardíaco.
Un catéter cardiaco puede ayudar a buscar problemas en las válvulas que componen este órgano, además de ver dónde se está produciendo una obstrucción de los vasos sanguíneos que están provocando dolor en el pecho.
Con este dispositivo es probable medir la presión arterial, los niveles de oxígeno en el corazón, e igualmente realizar una biopsia mediante la extracción de una muestra de tejido de dicho órgano. El diagnóstico de defectos cardíacos congénitos es otro de los aspectos que permiten detectar estos tubos.
Del mismo modo, se utilizan para practicar determinadas acciones médicas como una angioplastia, solucionar soplos cardíacos, reemplazar y reparar las válvulas cardíacas, una ablación para abordar arritmias y cerrar partes del corazón que prevengan la aparición de coágulos de sangre.