Teresa Rey
Preguntas
¿Qué riesgos suponen para los mayores las cirugías secundarias en estética?
Se producen para reparar o solucionar alguna alteración que se ha originado en una operación previa
Una cirugía secundaria dentro del campo de la estética se produce para reparar una operación previa. Esto puede suceder porque con la primera intervención no se hayan producido los resultados deseados o porque haya surgido alguna complicación. Esto último, según los expertos, no debería suceder con frecuencia, sin embargo cuando ocurre se debe normalmente a que no nos hemos puesto en manos de un profesional debidamente formado en cirugía plástica.
Los ‘low cost’
Estas segundas intervenciones pueden deberse también a riesgos derivados de una operación, como puede ser una infección o un encapsulamiento. La existencia de cirugías estéticas secundarias es consecuencia en la mayoría de los casos del auge de clínicas que ofrecen servicios low cost para abordar problemas estéticos y que son practicadas por personas que no tienen la suficiente cualificación. De hecho, desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre @SECPREorg) han emitido en más de una ocasión comunicados alertando del intrusismo profesional que hay en este ámbito y de las pautas que han de seguir los pacientes interesados a la hora de someterse a este tipo de tratamientos.
Por otro lado, es muy importante que en una primera operación el paciente tenga claros cuáles son los resultados posibles que va a obtener. Un buen profesional nunca tratará de engañar al paciente diciéndole por ejemplo que no le va a quedar ninguna cicatriz cuando sabe que no es así. De igual modo, es vital hacer ver a este que no es posible parecerse a alguien, ya que muchas veces lo que se demanda es obtener una apariencia similar a algún famoso, cuando esto es complicado, ya que cada persona posee unos rasgos característicos.
Un cirugía secundaria en estética supone un reto para un cirujano, según explica el doctor Diego Tomás Ivancich, experto en cirugía plástica y estética, porque se tiene que satisfacer a un cliente que ya viene disgustado de una intervención anterior. En un primer proceso se han empleado una serie de técnicas, mientras que en una cirugía secundaría se tiene que acudir a métodos para reparar lo que se ha hecho mal en un primer momento.
En estos casos, el estrés emocional del paciente es mayor pues ha visto que con un primer tratamiento no ha alcanzado el objetivo deseado y ahora se tiene que volver a someter a lo mismo o a algo parecido. Hay que pasar de nuevo por el quirófano, con los riesgos asociados que lleva cualquier intervención quirúrgica, algo que se incrementa en el caso de las personas mayores que por su edad pueden estar expuestas a más complicaciones. Por todo ello, los cirujanos plásticos que se enfrentan a una segunda intervención han de mostrar un gran rigor también. “El objetivo es aportar naturalidad en la cirugía estética y calidad funcional en la cirugía reparadora”.
El doctor añade además que es muy importante que el paciente sea realista sobre el objetivo del tratamiento y que se deje aconsejar para evitar falsas expectativas. “Una cosa es lo que se quiere conseguir y otra diferente, lo que podemos lograr quirúrgicamente”.
Las más frecuentes
En España, la cirugía de aumento de mamas es la más demandada y también la más corregida. Uno de los motivos más habituales de esa corrección es el encapsulamiento que se produce en torno al implante, es decir, una contractura capsular, de modo que se origina un pecho deformado y duro al tacto. En ocasiones, se puede producir una rotación de la prótesis, sin embargo ninguno de estos dos casos tiene por qué suceder si se acude a un cirujano plástico especializado en aumento mamario, indican los especialistas.
Desde la Asociación Española de Cirugía Plástica se especifica que las complicaciones de una cirugía de revisión mamaria son “poco frecuentes”. Entre sus riesgos se encuentran los de cualquier cirugía, como una reacción adversa a la anestesia, seroma o hematoma, infección o sangrado, cambios en la sensibilidad de la piel, cicatrización deficiente, reacciones alérgicas, daños a las estructuras subyacentes, etcétera.
Otra de las cirugías plásticas más solicitadas es la rinoplastia, en cuyo caso las complicaciones derivadas de una segunda intervención son mayores. Una primera operación en esta parte del cuerpo ya es complicada de por sí por la zona que es. En una rinoplastia secundaria hay que considerar que generalmente “no existe una disponibilidad de tejido en la nariz para corregir los daños, por eso se deben extraer tejidos de otras partes del cuerpo como el cartílago de la oreja o las costillas, para injertarlos en la nariz”, indica el doctor.
La liposucción secundaria a veces se realiza también, sobre todo para corregir una primera que ha provocado “una depresión, una asimetría o un vaciado excesivo en la piel del paciente”. Otras veces, se debe a una insuficiente extracción de grasa de modo que el resultado apenas se aprecia.
Con la blefaroplastia pueden darse alteraciones igualmente y en ocasiones se tiene que corregir en una segunda operación. Esto se suele producir cuando se ha efectuado una resección excesiva de la piel, grasa o músculo del párpado inferior, de modo que el ojo queda redondeado. Este defecto es el que hay que solucionar.