Teresa Rey
Preguntas
¿Eres una persona mayor nerviosa? ¿Cómo puede afectar esta condición a tu salud?
Esta forma de ser puede provocar otros problemas, como depresión o trastornos cardiovasculares
Todos en algún momento podemos experimentar nervios ante una situación concreta. Es una emoción natural del ser humano ante determinadas sucesos de la vida, como un examen, el nacimiento de un hijo, un cambio de trabajo o de vivienda… Son momentos puntuales en los que podemos sentirnos más alterados o nerviosos, ya que a la vez son circunstancias que generan estrés. Pero, ¿qué ocurre cuando somos nerviosos por naturaleza? ¿Qué efectos tiene para la salud de las personas mayores esta forma de ser?
Primero mira si eres nervioso
Primero tendrás que detectar si realmente eres o no una persona nerviosa. Estas poseen unas características específicas que se aprecian en comportamientos y actitudes concretas ante los episodios de la vida. Tiene mucho que ver con la manera en que se afrontan las cosas, que en estos casos suelen estar precedidos de una negatividad previa. Los pensamientos pesimistas son predominantes en este tipo de individuos, además suelen tener una baja autoestima y ser inseguros.
Esta interpretación negativa de lo que sucede se vincula también al perfeccionismo. Se tiende a pensar que nada sucede como debería o según los estándares que nosotros hemos establecido. Como consecuencia nada nunca sale como debería y es por ello que los nervios nos atrapan.
Las personas nerviosas suelen ser impacientes, se enfadan con facilidad y en ocasiones les invade una cólera desmedida. A su vez suelen ser extrovertidas, pero al mismo tiempo son personas solitarias. Resultan muy impulsivas, de modo que en lugar de reflexionar se lanzan, dejándose llevar más por sus emociones que por unos pensamientos previamente estructurados.
Cuando alguien es nervioso siente que nunca va a disponer de tiempo para hacer las tareas del día, y es por ello que va con prisas a todos los sitios. Esta condición se convierte en una constante que puede provocar un agotamiento mental y físico en la persona, con consecuencias para la salud.
Consecuencias
Esta personalidad puede ocasionar lo que se define como ansiedad nerviosa. El Trastorno de Ansiedad Generalizada, se origina por una preocupación constante y tensión crónica, a pesar de que no haya nada aparentemente que desencadene dichos estados. “Padecer este trastornos implica anticipar un desastre, y supone una preocupación excesiva por la salud, el dinero, la familia y el trabajo. Pero, a veces la raíz de este estado no se localiza, y el simplemente el hecho de pasar un día genera ansiedad”, comentan expertos del Consejo General de la Psicología en España (COP).
Al mismo tiempo, es importante mencionar que este tipo de trastornos pueden conducir a una depresión. Aparecen en ocasiones sentimientos de apatía, tristeza, desgana con cambios en el apetito problemas de sueño y dificultad para concentrarse.
Cuando los nervios se convierten en una condición habitual en nuestras vidas, la salud puede resentirse de muchas maneras, afectando a su calidad de una manera destacable. Además de aparecer trastornos del suelo, surgen manifestaciones físicas de otra índole, que dependerán de cada persona. Nos referimos a dolores de cabeza, irritabilidad, mareos, sensación de falta de aire, contracciones nerviosas, necesidad de ir al baño con frecuencia, etcétera.
El hecho de ser nerviosos también pude afectar a la salud del corazón, pues se sabe que quienes lo son, llevan un ritmo de vida demasiado estresante y resultan ser ansiosas, tienden en general a tener más problemas de salud y entre ellos los de tipo cardiovascular. De igual modo, la depresión implica un mayor pronóstico cardiológico, apuntan desde la Fundación Española del Corazón.
La importancia de la relajación
Para tratar de modificar este carácter, es probable que tengamos que acudir a un experto que nos indique técnicas para aprender a relajarnos. Podemos intentarlo por nuestra cuenta, pero la relajación es algo que necesita un periodo de aprendizaje por el que al principio es recomendable que nos guíen, si buscamos obtener resultados eficaces. Hay muchos métodos, algunos se pueden hacer en solo unos minutos, pero si sabemos usarlos pueden ser de gran ayuda.
Se recomienda también recurrir al mindfulness, una filosofía de vida en la que se enseña a practicar la meditación consciente. Con ella podemos autoconocernos mejor y llegar a dejar de lado los problemas y cargas emocionales afrontando mejor las situaciones.
Es importante además trabajar sobre los pensamientos negativos, y tratar de darles la vuelta para transformarlos y ver las cosas desde otra perspectiva que no sea nociva y siempre desde la positividad.
Como alternativa es bueno hacer actividades que nos gusten y nos sirvan para “desconectar” de vez en cuando. Hay dos que son especialmente buenas para relajar los nervios, una de ellas es impregnarse de naturaleza de vez en cuando. Darse paseos en un parque, jardín, bosques… Da igual el paraje elegido, lo importante es que nos rodeemos de ella, ya que diversos estudios han demostrado que tiene efectos relajantes. Lo mismo ocurre con el deporte, que como ya se sabe contribuye a la liberación de ciertas sustancias que nos ayudan a desestresarnos y a sentirnos más tranquilos.