Teresa Rey
Preguntas
¿Son efectivos los fármacos contra la obesidad en personas mayores?
Teresa Rey
Foto: Bigstock
Lunes 13 de enero de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 6 de noviembre de 2023 a las 11:15 H
6 minutos
Estos medicamentos solo deben usarse bajo prescripción médica y si han fracasado otros métodos
La obesidad se considera desde hace tiempo una pandemia presente en todo el mundo y por ello la comunidad científica sigue buscando diferentes fórmulas para combatirla. La forma de medirla se basa en el Índice de Masa Corporal (IMC), que para calcularlo hay que dividir el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su talla en metros. Si el resultado de esta fórmula es igual o superior a 25, se considera que esa persona tiene sobrepeso, mientras que si es igual o superior a 30, ya se le cataloga como obesa.
En las personas mayores lo aconsejable es tener un IMC entre 24 y 29, pues el estar por debajo de estas cifras se asocia a mayor riesgo de muerte, especifican desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG @seggeriatria).
Cuándo se deben usar
El principal tratamiento de la obesidad se centra principalmente en conseguir un balance energético negativo mediante la adecuación de la dieta de las personas, la realización de ejercicio físico y la modificación de los hábitos. En cuanto a los tratamientos farmacológicos, se emplean como un apoyo de las medidas anteriores, cuando las primeras fallan, pero en ningún caso deben emplearse como única alternativa, según se indica en el informe Tratamiento farmacológico de la obesidad desarrollado por el Sistema Nacional de Salud. Además, su uso requiere de “una estricta indicación y control médico”.
Algunos expertos aseguran que estos solo se deben administrar cuando no se haya conseguido disminuir, al menos, el 5% del peso en un periodo de entre tres y seis meses, después de haberse sometido a un programa en el que se haya incluido una modificación de conductas y estilos de vida. Además, es importante que el paciente tenga la motivación suficiente para perder peso, de tal manera que la efectividad del fármaco se adecúe a esa predisposición para cambiar de hábitos y forma de alimentarse.
El orlistat: Xenical y Alli
En España hay varios medicamentos aprobados contra la obesidad. El más conocido es el orlistat que se comercializa como Xenical o Alli. Pertenece a los llamados inhibidores de las lipasas. Su actuación se basa en impedir que algunas de las grasas de los alimentos consumidos se absorban en los intestinos. Estas se eliminan posteriormente a través de las heces.
En el caso de Xenical, se necesita prescripción médica y está indicado junto a una dieta hipocalórica moderada para el tratamiento de pacientes obesos con un IMC igual o superior a 30 kg/m2 o pacientes con sobrepeso y factores de riesgo asociados. Se especifica que la toma de este fármaco debe suprimirse si, pasados doce meses, el paciente no ha perdido el 5% del peso corporal determinado al inicio del tratamiento.
Alli es una fórmula de menos intensidad a la que se puede acceder sin receta médica. Cuando llegó a España se acompañó de una fuerte campaña publicitaria y se vendió como la panacea para adelgazar. Sin embargo, la mayoría de los expertos no comparten estos mensajes y desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) emitieron un informe en el que matizan que sus efectos son limitados.
Está indicado solo para quienes tienen un Índice de Masa Corporal de 28 kg/m2 o por encima, no debe usarse junto a una dieta baja en calorías y grasas, ni durante más de seis meses. Además, si en doce semanas no se ha adelgazado, se ha de consultar si debería seguir con él. Su pérdida de peso en general es escasa y tiene que acompañarse de dieta y ejercicio, unos hábitos que deben permanecer tras la ingesta del medicamento.
Luego hay que añadir los efectos adversos que conlleva, como problemas gastrointestinales que implican evacuaciones repentinas o gases, entre otros. Además, se le relaciona con trastornos renales o hepáticos. En las personas mayores hay que tener especial cuidado si se están tomando otros fármacos, pues puede interactuar con antihipertensivos, por lo que no es aconsejable ingerirlo sin consultar previamente con nuestro médico. También presenta problemas con antidiabéticos o anticonceptivos orales, cuyo efecto puede verse disminuido.
Para la OCU este tratamiento alimenta una idea falsa y es que el sobrepeso se puede solucionar solo con pastillas, sin que haya una supervisión médica detrás.
Otras terapias
Al mismo tiempo, hay otros dos fármacos destinados a combatir la obesidad: Saxenda y Mysimba. El primero tiene un principio activo que se llama liraglutida. Esta sustancia actúa ayudando al páncreas a liberar la cantidad adecuada de insulina cuando los niveles de azúcar en la sangre son altos. También enlentece el vaciamiento del estómago y puede disminuir el apetito y provocar pérdida de peso. Solo se puede tomar con receta médica.
Mysimba contiene dos principios activos, ambos aprobados por la Unión Europea: la naltrexona y el bupropión, e igualmente solo se puede ingerir si el facultativo lo prescribe. Ambos elementos ayudan a reducir la ansiedad por la comida así como el deseo de comer. Los dos son seguros, indican los profesionales, pero con efectos secundarios importantes que en personas mayores se han de valorar de forma específica. Asimismo pueden presentar interacciones.