Teresa Rey
Preguntas
La radioterapia de haz externo, el tratamiento local que se aplica solo en la zona del tumor
Básicamente, lo que hace es administrar rayos X sobre el área concreta donde se halla el cáncer
Dentro de las opciones de radioterapia que hay para tratar el cáncer, existe un método específico que se llama de haz externo o, simplemente, radioterapia “externa”. En líneas generales, lo que hace es administrar un haz de rayos X sobre una zona concreta, es decir, es un tratamiento local que se aplica directamente sobre el lugar donde se halla el tumor y no en todo el cuerpo.
Los haces
Los haces de alta energía se emplean mediante un acelerador lineal que se dirige hacia donde se encuentra el tumor. Se emplea tanto para eliminarlo como para evitar su recurrencia, y también antes o después de una cirugía. Además, en ocasiones, se utiliza como tratamiento paliativo en casos avanzados o donde se ha producido metástasis, con la finalidad de reducir los síntomas.
Los cánceres en los que se suele usar son, por ejemplo, el cáncer de mama, pulmón, colorrectal, esófago, cabeza y cuello, próstata y tumores cerebrales.
En este tipo de radiación, se puede recurrir a distintos tipos de haces, siendo los más frecuentes los fotones, los protones y los electrones. Los dos primeros pueden tratar tumores profundos, pero los electrones no llegan muy lejos dentro de los tejidos corporales, por eso solo se recurre a ellos en casos de cáncer de piel o aquellos que están cerca de la superficie.
El objetivo de esta técnica es depositar la cantidad suficiente de radiación en la zona dañada, pero sin afectar al tejido sano de alrededor. Existen diversas opciones en función del tumor que se tenga, de su ubicación y de la trayectoria que debe seguir cada haz, todo ello con la finalidad de determinar la dosis precisa y así conseguir los mejores resultados.
El proceso de radiación
Durante el procedimiento se pasa por varias etapas. La primera es la de simulación, que es en la que se determina cuál es la posición idónea para que el paciente reciba con precisión la dosis exacta de radiación. Se realizarán unas marcas sobre el paciente y se hará una planificación para comenzar el tratamiento. Después, este será colocado por el radioterapeuta de la forma que se haya evaluado, según las marcas establecidas, e irá recibiendo la radiación. En total, suele durar alrededor de una hora cada día.
Es indoloro y la única molestia que se puede sentir es la de oír unos chasquidos o zumbidos durante su administración. Después, será necesario realizar unas visitas de control para ver cómo se tolera y avanza la evolución.