¿Podemos recuperar el sueño perdido?

Sin darnos cuenta, existen muchos factores que nos llevan a acostarnos más tarde de la cuenta, desde quehaceres hasta pasar horas muertas viendo la tele.
Los adultos de entre 26 y 64 años necesitan dormir, de media, entre 7 y 9 horas. Mientras que las personas mayores de 65, requieren de un descanso óptimo de entre 7 y 8 horas al día, tal y como recoge Sanitas. ¿Alguna vez te has preguntado qué ocurre con esas horas que se acumulan de sueño perdido?

No, el sueño no se recupera 

Pese a que, a la larga, sí que se debe compensar esta falta de horas de sueño que vamos perdiendo cada día, en el sentido matemático más estricto, lo cierto es que este tiempo jamás llega a recuperarse, tal y como expone la Clínica Somno. 

Por poner un ejemplo, si una persona se acuesta en torno a la 1 de la mañana, que según datos del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas lo hacen un 30% de los españoles, y se levanta en torno a las 7, que es la hora a la que lo hacen la mayoría de las personas –siguiendo el mismo estudio–, estaríamos perdiendo diariamente una hora de sueño.

Estas cinco horas que perderíamos durante la semana, por mucho empeño que pusiéramos durante el fin de semana, no podrían llegar a recuperar sus efectos sobre nuestro organismo.

Efectos de la falta de sueño 

Recogiendo los datos de la Clínica Mayo, una falta de sueño continuada podría tener importantes efectos en nuestro sistema inmunológico. Por tanto, podría hacer que fuéramos más propensos a contraer cualquier tipo de virus o enfermedad, puesto que nuestro cuerpo no se encontraría en condiciones óptimas para protegerse. 

Del mismo modo que una dieta equilibrada y el ejercicio físico conforman dos de los aspectos principales de un estilo de vida saludable. El sueño es otro de los factores que debemos de cuidar y trabajar. 

Aspectos tales como tener una rutina de sueño definida, cuidar de nuestra alimentación durante el día o evitar lo relacionado con la luz y los ruidos por la noche pueden ser un buen punto de partida para comenzar a maximizar la salud de nuestro sueño. Es importante hacer un esfuerzo a la hora de encontrar el hábito que nos permita acostarnos y descansar.  De esta manera, nos sentiremos con la energía suficiente para afrontar nuestra próxima jornada.