Marco Herrera
Preguntas
¿Por qué se retraen las encías en los mayores? ¿Qué posibles tratamientos existen para ello?
La mala higiene bucal y la periodontitis son factores que contribuyen a este problema tan común
Las encías pueden ser empujadas hacia atrás, sufrir cierto desgaste y exponer las raíces de los dientes. También pueden retraerse alrededor de una pieza si está en una posición anormal. En ente sentido, el retroceso gingival se convierte en un problema de salud y aumenta el riesgo de caries, infecciones y pérdida de piezas dentales.
Si los afectados comienzan el tratamiento lo antes posible, pueden detener o revertir el proceso de recesión. Aunque si es severa y causa síntomas importantes, existen varios tratamientos que pueden ser de utilidad, como una limpieza profunda, el consumo de medicamentos e los injertos de tejido. El retroceso de las encías es una condición común, sobre todo en adultos mayores, pero quienes lo sufren a menudo no se dan cuenta hasta una etapa tardía del proceso.
Las encías
Las encías están compuestas de tejido gingival, que se encuentra en la base de los dientes y que destaca principalmente por una densidad que protege el conjunto de piezas dentales. Asimismo, tiene un buen suministro de vasos sanguíneos debajo de una superficie húmeda, también conocida como membrana mucosa, y el tejido se conecta con el resto del revestimiento de la boca, pero es de color rosa en lugar de rojo brillante.
Las encías están muy unidas a la mandíbula y, cuando están intactas, protegen las raíces. La recesión gingival ocurre después de que una persona haya experimentado una pérdida de tejido en la encía.
¿Cuáles son las posibles causas?
Según la doctora de Dentix (@dentix_es) Luz Castro, la mala higiene bucal y la enfermedad periodontal contribuyen a una recesión gingival. Sin embargo, el retroceso también puede ocurrir en personas que sí cuidan el estado de su dentadura. El desgaste físico de las encías y la inflamación de los tejidos son otras causas importantes, aunque algunas personas también pueden ser propensas a este problema debido a factores hereditarios, como la posición de los dientes y el grosor de las encías.
El desgaste físico por un cepillado demasiado fuerte o el uso de cerdas muy duras es otra causa común, ya que provoca el retroceso incluso cuando la higiene dental es buena. Este tipo suele afectar más al lado izquierdo de la boca, pues la mayoría de personas usan el cepillo de dientes con la mano derecha y ejercen más presión sobre el lado contrario. El patrón también tiende a afectar a las encías laterales más que al área frontal.
Otros factores físicos que empujan las encías hacia atrás son las perforaciones en los labios o la lengua, los dientes desalineados y los daños causados por un tratamiento dental. Algunas personas son más propensas a las causas inflamatorias debido a que tienen un tejido más delicado. Además, si este es más delgado de lo normal, también aumenta la probabilidad de que la placa cause dicha inflamación.
Cuando la placa se acumula en las pienzas dentales, puede provocar la inflamación de las encías, condición que se conoce como gingivitis y que puede provocar periodontitis. La periodontitis crea un espacio entre estas y los dientes, además de la pérdida de fibras conectivas y hueso alrededor de las raíces del diente, lo que puede llevar a la retracción y la pérdida ósea. La recesión tiende a afectar a toda la dentadura de manera similar.
Factores de riesgo
En este sentido, la edad es un factor de riesgo clave, ya que alrededor del 88% de las personas mayores de 65 años padecen este problema en alguno de sus dientes, según la Sociedad Española de Periodoncia (@SEPAperiodoncia). Las personas que fuman y mastican productos de tabaco también se enfrentan un mayor riesgo. La genética es otro factor, ya que las personas que tienen encías delgadas o débiles pueden transmitir estas características a través de sus genes. La diabetes también puede aumentar el riesgo de padecer esta patología.
Síntomas más comunes
Es posible que muchas personas con retracción en las encías no se preocupen por los síntomas desde el principio o incluso que no sepan de su existencia. Sin embargo, cuando se padece, se suelen experimentar cambios en la apariencia, ya que el diente parece más largo y el espacio entre las piezas aumenta. La sensibilidad al frío y al calor debido a las raíces expuestas es también muy común.
No obstante, lo más importante es que el retroceso puede ser un síntoma de problemas dentales subyacentes, incluida la periodontitis o la piorrea, y puede aumentar el riesgo de caries y pérdida de piezas. También pueden provocar mal aliento y sangrado de las encías.
Tratamientos habituales
La mayoría de los casos de recesión leve no necesitan tratamiento y los dentistas pueden aconsejar sobre su prevención y el control de los síntomas. Por ejemplo, enseñar un cepillado efectivo pero suave es una intervención temprana muy efectiva.
Para las personas que necesitan tratamiento hay varias opciones, como los agentes desensibilizantes, los barnices y los agentes adhesivos para la dentina, que son productos cuyo objetivo es reducir la sensibilidad de la raíz dental expuesta. Los agentes desensibilizantes tratan los síntomas nerviosos y ayudan a preservar la higiene bucal al facilitar el cepillado de los dientes sensibles.
Otra opción es la restauración compuesta, en la que un dentista utiliza resinas del color de las piezas dentales para cubrir la superficie de la raíz. También pueden cerrar los espacios negros entre los dientes. La porcelana rosada o composite es otro recurso en estos casos, ya que este material es del mismo color que las encías y se puede aplicar para rellenar los huecos donde han retrocedido.
La carillas de goma extraíbles por lo general son de acrílico o silicona, y reemplazan artificialmente el área del tejido que falta debido a la recesión. La ortodoncia es un tratamiento que mueve lentamente la posición de los dientes durante un período prolongado. Este reposicionamiento puede corregir el margen de las encías y facilitar la limpieza de la boca. Por último está la cirugía, en la que un médico experto injerta tejido de otro lugar en la boca y se cura sobre la recesión. Por lo general, una persona solo necesitaría esto para tratar un retroceso que se produzca de forma muy severa.