Mariola Báez
Preguntas
Sordera súbita: ¿por qué puede una persona mayor dejar de oír de manera repentina?
Requiere atención médica inmediata y no hay que confundirla con la presbiacusia asociada a la edad
Se denomina sordera súbita a la repentina pérdida de audición neurosensorial. Algo concreto, y en un momento perfectamente determinado, ocurre en el oído interno y hace que no captemos el sonido, sin que exista una causa aparente que pueda justificar esta situación anómala. Es algo que sucede de manera ineseperada, quizás al despertar y comprobar que no escuchamos, al iniciar una conversación con alguien o al encender el televisor.
El National Institute on Deafness and others Comunications Disorders (@NIDCD) considera esta patología como una urgencia médica, por lo que conocer sus posibles síntomas es prioritario.
¿Qué se sabe de esta sordera aguda o súbita?
La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (@SEORLCCC) en su informe sobre el Diagnóstico y Tratamiento de la Sordera Súbita Idiopática, explica que esta dolencia puede afectar a personas adultas de cualquier edad, aunque su mayor prevalencia se ha detectado en aquellas con edades comprendidas entre los 40 y los 45 años.
Implica una pérdida neurosensorial superior a 30 decibelios, es decir, el oído no es capaz de capar sonidos por debajo de ese nivel acústico. Además, se puede presentar en episodios consecutivos, tres o más veces, en un margen máximo de tiempo de 72 horas.
Se trata de una patología no demasiado frecuente, ya que anualmente se detectan en España entre 2 y 20 casos por cada 100.000 habitantes.
Respecto a las causas, no siempre están claras. De hecho la SEORL, afirma que solo en el 10% de los casos diagnosticados se consigue averiguar cúal es la disfunción que desencadena esa repentina falta de audición. Como posibles orígenes, los expertos señalan una inflamación vírica de la clóquea, causada tal vez por un virus como el de la gripe o el del herpes, o la rotura de alguna de las delicadas membranas que dan forma al oído interno.
El doctor Guillermo Plaza, uno de los autores de este informe, explica que algunas teorías, que han cobrado fuerza en los últimos años, apuntan a que tras la patología podría haber algún fenómeno de carácter vascular o una causa autoinmune. Algunos informes tambien indican como posibles factores de riesgo una dieta pobre en vegetales, el síndrome metabólico o una otitis media crónica.
Qué hacer si detectas una pérdida repentina de audición
Lo sordera súbita a veces puede confundirse con una hipoacusia producida por causas fácilmente detectables, como pueden ser una fuerte congestión que afecte al oído, una otitis, una sinusitis o algo tan simple como un exceso en la producción natural del cerumen que protege el conducto auditivo y que acaba taponándolo.
Debes acudir al especialista, de forma inmediata, cuando la pérdida de audición se produzca de forma brusca, no progresiva, teniendo en cuenta que puede darse en un único oído o en ambos y que es muy frecuente que vaya acompañada de otros síntomas como zumbidos o acúfenos, mareos o vértigos.
Una primera exploración podrá determinar rápidamente si existe o no una causa lógica que justifique esa momentánea falta de audición. De no encontrarla, el otorrinolaringólogo establecerá la necesidad de nuevas pruebas, entre ellas una audiometría y una resonancia magnética del oído, para confirmar el diagnóstico. Es importante actuar con rapidez para iniciar cualquier posible tratamiento lo antes posible.
¿Se puede recuperar la audición tras sufrir este episodio?
Cada caso es distinto, pero los expertos señalan que más de la mitad de las personas que sufren esta patología recupera, al menos en parte, la capacidad auditiva en una o dos semanas, bien de forma espontánea o mediante un tratamientos eficaz.
La terapia más utilizada para dar una rápida respuesta a la sordera repentina suele ser la administración de corticoides por vía oral. Aunque también, desde hace unos años, se utilizan inyecciones intratimpánicas con resultados satisfactorios. Los expertos insisten en que la efectividad de estos fármacos radica en gran medida en su rápida administración, justo en el momento de detectarse la anomalía en la audición y diagnosticarse el tipo de sordera que se está sufriendo. Además, si el especialista descubre el origen del problema este requerirá también el debido tratamiento.
Según datos del doctor Plaza, los acúfenos pueden ser una consecuencia de la sordera súbita (en el 90% de los casos) y también son muchas las personas (entre un 20% - 60%) que pueden presentar vértigo asociado.
En ocasiones, recurrir al uso de audífonos puede ser parte del tratamiento indicado para paliar el déficit auditivo que puede haber dejado la sordera súbita. Dependiendo de factores diversos, como la salud general de un paciente o su edad, se puede valorar la opción de un implante auditivo, siempre de forma individualizada.
La sordera súbita sigue siendo una enfermedad que plantea numerosos interrogantes y sobre la que se continúa investigando, especialmente en el campo farmacológico, con nuevas técnicas que resulten aún más eficaces a la hora de la administración de los corticoides.