Tricotilomanía o arrancarse el pelo, ¿qué hay detrás de este trastorno?

El impulso de arrancarse el pelo es un trastorno impulsivo llamado tricotilomanía. Se basa en un deseo irrefrenable de quitarse el pelo de cualquier parte del cuerpo y no solo de la cabeza, que es donde la mayoría de la gente piensa que tiende a dirigirse. El sufrimiento de este acto es evidente pues la persona afectada se puede lesionar y al mismo puede generarle estrés o ansiedad.

Liberar tensiones

El hecho de arrancarse el pelo produce que la persona desfigure su imagen externa, ya que normalmente la zona escogida es el cuero cabelludo de la cabeza, pero a veces este acto se realiza sobre las cejas, las pestañas, la barba e incluso el vello púbico. En ocasiones se empieza en una parte y luego se extiende a más. Normalmente se extrae de uno en uno, pero en otros casos son varios pelos a la vez los que se eliminan.

¿Por qué se produce este acto impulsivo que en un principio parece desagradable? Porque precisamente quien sufre este trastorno encuentra placer en esta actuación. Es decir, es un alivio, una forma de liberar tensiones. Algunas personas con tricotilomanía encuentran así una manera de desviar su negatividad, de eliminar preocupaciones o problemas emocionales que disminuyen con esta conducta.

Por un lado se puede hacer de forma inconsciente, automática, y a la par que se realizan otras actividades como ver la tele, leer, pensar… Y la otra posibilidad es tener plena consciencia de lo que se está realizando, con concentración plena y sin que pueda evitarlo. En ocasiones, y esto es lo más común, según los expertos, ambas tipología coexisten.

Una variedad de este problema es la tricofagia, es decir, cuando las bolas de pelo arrancadas se mastican y se ingieren también. Lo que implica importantes complicaciones de salud.

Inversión del hábito

Al final, como complicación importante en la mayoría de los afectados destaca la aparición de irritaciones dermatológicas, que se pueden transformar en infecciones o abrasiones.

No se sabe bien su origen, y la tendencia es que se dé más en mujeres que en hombres. En cuanto, al tratamiento, se suelen combinar medicamentos y la terapia que tienen como objetivo la inversión del hábito. Consiste en reconocer en qué momentos te arrancas el pelo, y sustituir esta actuación por otra. Si se estima oportuno se combina con terapias cognitivas o de aceptación y compromiso.