Teresa Rey
Preguntas
¿Tus ojos no son capaces de soportar la luz intensa? Puedes tener fotofobia
Es un síntoma que aparece a consecuencia de otras patologías, tras traumatismos o intervenciones
Al recibir un haz de luz intenso la primera reacción es cerrar los ojos, pues de algún modo tanta claridad provoca un leve malestar en los ojos. Sin embargo, cuando esa intolerancia a la luz brillante es más elevada de lo normal de modo que cuando nos encontramos ante ella o ante una iluminación excesiva nos vemos obligados irremediablemente y de forma espontánea a bajar los párpados, entonces padecemos fotofobia. En sí no se trata de una enfermedad, sino de un síntoma que aparece a consecuencia de diversas causas como otras patologías, tras traumatismos o intervenciones quirúrgicas.
Por qué aparece
En el caso de padecer alguna patología del ojo como inflamación ocular (uveítis o conjuntivitis), puede darse como efecto secundario una fotofobia. También es frecuente si sufrimos cefaleas o migrañas intensas o si hemos sufrido algún traumatismo de modo que hemos recibido un fuerte impacto en los ojos o se nos incrusta algo en los mismos, algo que puede ser frecuente en trabajos que utilizan materiales químicos. El uso de lentillas genera a su vez alteraciones de este tipo en especial si se llevan puestas más tiempo del aconsejado, no se limpian debidamente o se tiene ojo seco, con cuya patología es más probable que la lentilla se pegue al mismo.
En las exploraciones del oftalmólogo al dilatar la pupila o cuando esta lo hace a consecuencia de la ingesta de ciertos fármacos, también se puede producir fotosensibilidad.
Es frecuente sufrirla tras una operación de cataratas o después de otras cirugías de la zona, infecciones o quemaduras.
Consejos para calmarla
Si experimentamos esta sensación hacia la luz podemos adoptar unas medidas básicas para evitar la molestia. Lo mejor en estos casos es evitar el sol y aquellos lugares donde la iluminación artificial es muy intensa y nos incomoda. En casa y en el trabajo podemos cambiar las bombillas por otras amarillentas o menos brillantes.
Al salir es recomendable usar gafas de sol oscuras para protegernos debidamente. Se pueden usar lentes fotocromáticas que se oscurecen o aclaran según la luz que se recibe. Al mismo tiempo hay que tratar de cerrar los ojos durante varios minutos, distintas veces a lo largo del día.
En el caso de que el día sea muy soleado y vemos que no vamos a poder conducir a consecuencia de la fotofobia, es mejor no hacerlo.
Como opción si el síntoma es muy doloroso o persistente lo aconsejable es acudir al oftalmólogo.