Cuál es el vínculo entre los estrógenos y las enfermedades asociadas al envejecimiento

La menopausia se caracteriza por una disminución de la concentración de estrógenos y progesterona en plasma. La pérdida de tales hormonas sexuales durante esta etapa de la mujer se asocia a distintos aspectos desfavorables, entre ellos, un posible incremento de la presencia de ciertas enfermedades vinculadas al envejecimiento. Algunos expertos apuntan a que en este periodo se produce a la par un aumento de las gonadotropinas, hormonas responsables del inicio de la ovulación, un factor que desencadena la aparición de determinadas patologías, especialmente las relacionadas con el deterioro cognitivo, apuntan los expertos en el libro Medicina estética y antienvejecimiento (Editorial Médica Panamericana).

Enfermedades cardiovasculares

Está comprobado que tras la menopausia la mujer sufre toda una serie de síndromes y de trastornos que merman su calidad de vida. Se produce por ejemplo una pérdida de masa ósea importante, lo que provoca dolores tanto en reposo como en movimiento.

Lo mismo ocurre con las enfermedades cardiovasculares. Antes de llegar a este periodo las féminas están protegidas respecto a estas, pero después de la menopausia su incidencia es relativamente alta y se iguala a la de los varones.

Las tasas de estos trastornos por debajo de los 50 años son bajas; de hecho la enfermedad coronaria apenas existe en el periodo premenopáusico, algo que no ocurre en hombres que presenta una edad similar, indican los expertos.

El motivo de esta situación se debe a los estrógenos ejercen un papel cardioprotector. Gracias a estas hormonas se poseen niveles más elevados de lipoproteínas de alta densidad, HDL o “colesterol bueno”, y niveles más bajos de lipoproteínas de baja densidad, LDL o “colesterol malo”, lo que hace que se presente menos colesterol total.

Enfermedad de Alzheimer

Otro de las patologías vinculadas al envejecimiento y en el que la función de los estrógenos parece ejercer cierta influencia, según diversos estudios, es la enfermedad de Alzheimer. Se cree que estos pueden desempeñar también una labor protectora en cuanto a la aparición y progresión de este trastorno.

De hecho, algunos estudios post mortem de cerebros de mujeres que habían padecido alzhéimer han mostrado que poseían una cantidad de estrógenos inferior en comparación con mujeres de control que no la presentaban y que estaban emparejadas en edad con las anteriores. 

Aun así, se siguen realizando investigaciones en este sentido, pues según apuntan algunos investigadores no se sabe con claridad hasta qué punto los estrógenos determinan o no la aparición de este deterioro cognitivo.