Visión doble en personas mayores: ¿cuáles pueden ser las causas que lo provocan?

Aquellos que alguna vez lo han sufrido saben lo desagradable que es ver doble durante unos minutos. Sin embargo, es cierto que muchas personas lo pasan por alto pensando que es un síntoma propio del estrés o el cansancio acumulado. Nada más lejos de la realidad, pues la diplopía, nombre con el que se conoce a este trastorno, puede encontrar su origen en numerosas patologías, más o menos graves.

En términos generales, la diplopía o visión doble es "una alteración de la visión que consiste en la percepción de dos imágenes de un mismo objeto", tal y como explican desde el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO @imobarcelona). Ver una sola imagen cuando abrimos los ojos es algo que el ser humano tiene muy interiorizado, pero para que esto ocurra deben cumplirse una serie de procesos que afectan a varios componentes del sistema visual como, por ejemplo, el cristalino, la córnea, el nervio óptico e incluso el cerebro. Por eso, el origen de este problema puede proceder de múltiples lugares, algunos de ellos de suma gravedad.

No obstante, antes de enumerar los posibles motivos de la diplopía, debemos saber más cosas de ella. En primer lugar, la visión doble puede ser horizontal, cuando las imágenes superpuestas se presentan una al lado de la otra; vertical, cuando se presentan una encima de la otra; y oblica, cuando las imágenes están superpuestas en diagonal, según el Institut Català de Retina (@ICRcat).

Asimismo, existen dos tipos de diplopía: monocular y binocular. En el caso de la diplopía monocular, se trata de una visión doble que se mantiene a pesar de que el individuo cierra un ojo de forma alterna; mientras que la diplopía binocular desaparece en este mismo caso. Bajo esta premisa, ¿cuáles son las causas que hay detrás de este molesto síntoma?

Problemas de graduación

La mayoría de personas que padecen una visión doble eventual la achacan a un problema de graduación y, en algunas ocasiones, este es el motivo. Es posible que el paciente necesite gafas y no lo sepa. Por eso, si hasta ese momento creías que tenías una vista de lince y empiezas a sufrir este síntoma, lo mejor es que programes una visita al oftalmólogo o el oculista para salir de dudas y descartar otras afecciones.

Síndrome del ojo seco

El síndrome del ojo seco es una enfermedad crónica y progresiva que está causada por la falta de lubricación sobre la superficie del ojo. Las consecuencias de esta afección van desde una irritación ocular leve, pasando por la aparición de cicatrices en el área frontal del ojo y, por supuesto, una visión doble y borrosa, que ocurre cuando el lagrimal que recubre este órgano visual pierde uniformidad. El uso de lágrimas artificiales y pequeños cambios en la conducta del paciente suelen aliviar dicho trastorno.

Cataratas

Como bien es sabido, las cataratas tienen lugar cuando el cristalino se nubla, consencuencia directa del proceso natural de envejecimiento, aunque existen otras causas. Uno de sus primeros síntomas es una visión doble y borrosa que se desarrolla gradualmente. Por suerte, son muchos los tratamientos que retrasan su avance y recuperan la visión perdida, siendo la facoemulsificación y la cirugía extracapsular las intervenciones más frecuentes.

Alteraciones neurológicas

Es el caso de la paresia o parálisis de los nervios intracraneales, "nervios que llevan la información a los músculos y que pueden sufrir infartos, lo que paraliza dichos músculos y provoca una desalineación ocular que conduce a la visión doble", explican desde el Centro Oftalmológico de Barcelona. 

 Membranas epirretinianas

"Por membrana epirretiniana se entiende la contracción del tejido en la superficie de la retina que provoca su arruga, con la consiguiente pérdida y distorsión de la visión", definen desde el Institut de la Mácula (@ins_macula). Este problema, que distorsiona la imagen cuando dicha membrana se contrae, puede deberse a un desprendimiento del vítreo (sustancia gelatinosa que llena el interior del ojo), a una infección intraocular o incluso a una cirugía a la que el paciente ha recurrido para solucionar otra dolencia.

Myasthenia gravis

Conocida también como miastenia grave, estamos ante una patología que se caracteriza por la debilidad y la fatiga que sufren los músculos que hay bajo nuestro control voluntario, que a su vez provoca una ruptura de la comunicación entre los nervios y dichos músculos. Cuando afecta a aquellos que componen el ojo, la myasthenia gravis desencadena una serie de síntomas, entre los que se encuentran la caída de uno o ambos párpados y una visión doble. Lamentablemente, no tiene cura, por eso los tratamientos están orientados a aliviar los signos que le acompañan.

Queratocono

La mayoría de personas no han oído hablar nunca de este problema, sin embargo, es otra de las causas que puede haber detrás de una visión doble. En este caso, se trata de una patología degenerativa que afecta a la córnea y que produce un adelgazamiento progresivo de su espesor, modificando al mismo tiempo su curvatura. El queratocono provoca así la distorsión de las imágenes y una disminución de la visión, que suele ser consecuencia de varios factores como la exposición a los rayos ultravioletas, pequeños traumatismos, lentes de contacto mal adaptadas o un desequilibrio del colágeno sistémico que lo compone.