A partir de qué edad es más probable que aparezcan problemas de erección

La impotencia, también conocida como disfunción eréctil, es un problema muy común entre el sexo masculino a cualquier edad, aunque con el paso de los años se incrementa, siendo después de los 40 cuando se hace más persistente. Se trata de la incapacidad de conseguir y mantener una erección rígida para tener una relación satisfactoria. A partir de los 60 años, afecta a un 35% de la población masculina y, una vez superados los 70, las posibilidades aumentan a un 53%.

No obstante, según el estudio EDEM (Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina), casi el 70% de los varones entre 60 y 70 años no tienen problemas de erección. Y es que el envejecimiento natural hace que el propio cuerpo responda diferente a un estímulo sexual.

¿Por qué se produce la impotencia?

Una de las principales causas son las enfermedades cardiovasculares y los elementos vinculados a ellas, dentro de los cuales encontramos la hipertensión, la diabetes, el colesterol alto, el tabaquismo, la falta de ejercicio y el sobrepeso. No obstante, existen otros motivos como, por ejemplo, el alcoholismo, el consumo de drogas, las enfermedades crónicas (sobre todo las que afectan al hígado y al riñón), las alteraciones hormonales o neurológicas, como la esclerosis múltiple; y tratamientos quirúrgicos como la quimioterapia o la radioterapia.

Sin embargo, también puedes tener problemas de erección y estar totalmente sano. En este caso, podría estar relacionado con algún tema psicológico. Para descartar una causa física, los expertos aconsejan observar si sigues teniendo las típicas erecciones nocturnas o al despertarte por la mañana. Si es así, lo más probable es que puedas descartar causas estrictamente físicas.

¿Cómo sé si tengo disfunción eréctil?

Si crees que podrías estar sufriendo problemas de erección, te vendría bien plantearte las siguientes cuestiones, procedentes del Test de Salud Sexual IIEFE 5 (Índice internacional de Función Eréctil), responderlas con sinceridad y acudir a tu médico de confianza para que te ofrezca la mejor alternativa. No olvides compartir con él el resultado de las preguntas. Antes de empezar, echa la vista atrás y piensa en los últimos seis meses:

1. ¿Confías en poder lograr o mantener una erección?
2. Las últimas veces que tuviste erecciones, ¿con qué frecuencia fueron firmes como para lograr la penetración?
3. Durante la relación sexual, ¿con qué frecuencia fuiste capaz de mantener tu erección después de haber penetrado a tu pareja?
4. Durante la relación sexual, ¿cuán difícil fue mantener la erección hasta la eyaculación?

Existen tratamientos muy útiles

Los problemas de erección tienen fácil solución. Existen diferentes tratamientos, que tu médico puede recomendarte según tu historial. El más frecuente consiste en la administración de medicamentos por vía oral, más concretamente los llamados inhibidores de la fosfodiesterasa-5. Estos fármacos facilitan la dilatación de las arterias y, por lo tanto, aumentan la entrada de sangre al pene y facilitan la erección.

También existen otro tipo de tratamientos, pero solo tu médico debe determinar cuál es el mejor para solucionar tu caso. Los dispositivos de vacío, las ondas de choque, la aplicación de cremas por vía tópica, la colocación de prótesis en el pene, los tratamientos hormonales (solo si existe déficit de testosterona) o las terapias psicológicas son solo algunos de ellos.