Toni Esteve
Salud
Estos 10 productos químicos son preocupantes para la salud pública, según la OMS
Bien usados, contribuyen a nuestra calidad de vida, pero también pueden resultar peligrosos
Todos los seres humanos estamos expuestos en mayor o menor medida a productos tóxicos, puesto que prácticamente todos los productos manufacturados implican el uso de sustancias químicas. Según la Organización Mundial de la Salud (@WHO) en 2016 se perdieron 1,6 millones de vidas debido a la exposición a sustancias químicas. Y es que, usados correctamente, muchos productos químicos pueden contribuir a mejorar nuestra salud y calidad de vida. Pero otros son peligrosos y pueden afectar negativamente a nuestra salud y al medio ambiente si se manejan de manera inadecuada.
Para la OMS estos 10 productos químicos o grupos de productos químicos están entre los de mayor preocupación para la salud pública, según las evidencias científicas:
- La contaminación del aire
- Arsénico
- Amianto
- Benceno
- Cadmio
- Dioxinas
- Fluoruro
- Plomo
- Mercurio
- Plaguicidas
Se estima que la contaminación del aire en interiores por uso de combustibles sólidos y la contaminación del aire exterior urbano causan millones de muertes en todo el mundo. Se ha relacionado a los contaminantes del aire con diversos efectos adversos para la salud, en particular con infecciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón.
La exposición humana a niveles elevados de arsénico inorgánico se debe principalmente al consumo de aguas subterráneas que contienen concentraciones naturalmente elevadas de esta sustancia, de alimentos preparados con esas aguas, y de productos de cultivos irrigados con aguas con alta concentración de arsénico. Los compuestos orgánicos de arsénico, abundantes en el marisco, son menos perjudiciales para la salud y son rápidamente eliminados por el organismo, según la OMS.
La exposición al amianto puede producirse a través de la inhalación de fibras presentes en el aire en el entorno laboral, en ambientes próximos a fábricas que manejan amianto, o en el aire de espacios cerrados de viviendas y edificios que contienen material de amianto friable (desmenuzable). Por su parte, la exposición al benceno puede producirse tanto en el entorno laboral como en el doméstico por uso de productos derivados del petróleo como combustibles para motores y disolventes. La exposición activa y pasiva al humo de tabaco es también un factor importante. Las consecuencias para la salud incluyen enfermedades como el cáncer y la anemia aplásica. En este sentido la OMS aboga por eliminar el benceno en productos de consumo, la disuasión del uso doméstico de los productos que contienen benceno, el abandono del tabaco, y el fomento de normas de edificación que impidan construir garajes adosados a las viviendas.
El cadmio tiene efectos tóxicos en el riñón y en los sistemas óseo y respiratorio, y está clasificado como carcinógeno para el hombre. Se acumula fácilmente en muchos organismos, especialmente en moluscos y crustáceos. Las verduras, los cereales y las raíces amiláceas lo contienen en concentraciones más bajas. La exposición humana se debe principalmente al consumo de alimentos contaminados, a la inhalación activa y pasiva de humo de tabaco. En cambio, la exposición a las dioxinas se produce como consecuencia de la eliminación masiva de grandes equipos y desechos eléctricos. La identificación y eliminación segura de estos materiales evita estas emisiones.
El flúor reduce la incidencia de la caries dental, aunque su abuso es dañino para el esmalte de las piezas dentales. Pero aquí la OMS se refiere a la ingesta de flúor, que se debe por lo general al consumo de aguas subterráneas que lo poseen en abundancia de forma natural, o de productos de cultivos que captan fluoruros y se riegan con esas aguas. Esa exposición puede provocar una fluorosis esquelética discapacitante, asociada a osteosclerosis, calcificación de los tendones y ligamentos y deformidades óseas.
En el caso del plomo, su progresiva eliminación de su uso en la gasolina y las pinturas y en los trabajos de fontanería y soldadura se han traducido en una reducción sustancial de los niveles de plomo en sangre. Sin embargo, sigue habiendo fuentes importantes de exposición, sobre todo en los países en desarrollo
La exposición humana al mercurio se produce fundamentalmente por inhalación de vapores de mercurio elemental desprendidos en procesos industriales y por consumo de pescado y marisco contaminados. En cuanto al uso de plaguicidas, los países desarrollados han implantado ya sistemas para registrar los plaguicidas y controlar su comercio y uso, pero no ocurre lo mismo en otros lugares en vías de desarrollo.