Salud

Prostatitis, hiperplasia benigna y cáncer de próstata: aprendiendo a diferenciarlas

Ramón Sánchez-Ocaña

Miércoles 7 de febrero de 2024

ACTUALIZADO : Miércoles 7 de febrero de 2024 a las 8:41 H

8 minutos

El urólogo es el médico más temido por los hombres, pero visitarlo resulta fundamental

Impulso al diagnóstico de cáncer de próstata: descubren la causa de la metástasis. Foto: Europa Press
Ramón Sánchez-Ocaña

Miércoles 7 de febrero de 2024

8 minutos

El urólogo está considerado como el médico más temido por los hombres porque no les resulta cómodo el examen de zonas íntimas y rechazan el posible tacto rectal para el examen de la próstata. En consecuencia, prescinde de las recomendables revisiones periódicas y solo acude al médico cuando aparecen los primeros síntomas o intuye que algo no va bien. De hecho, puede decirse que el hombre no se cuida. Las estadísticas confirman que el varón visita menos al médico y dispone menor número de veces de las instituciones sanitarias. Solo cuando alguien cercano le advierte de que algún síntoma puede reflejar una patología grave se decide a visitar al especialista.

Según algunos expertos, la mujer acude más al médico porque ella, en su papel de cuidadora del grupo familiar, tiene más asumida la obligación de revisarse de vez en cuando. La incidencia, además, de campañas periódicas de citología o mamografía les ha hecho tener presente esa obligatoriedad de la visita preventiva. El varón, sin embargo, no es así. No suele hacer caso de síntomas menores que casi siempre achaca a la edad, y solo cuando se asusta o tiene algún síntoma excesivamente anormal acude al médico.

La revisión periódica de la próstata a partir de los 50 años, la revisión colorrectal o la prevención de muchos tumores frecuentes no es cosa que haya calado en la conducta masculina.

Los trastornos urológicos son los más comunes. Quizá lo es la hipertensión, que no tiene relación con la urología, aunque sí la tienen los fármacos para combatirla.

A los 60 años, puede decirse que más del 60% de varones tienen algún problema de próstata. A esa misma edad, el 40% tiene problemas de disfunción eréctil. Y un porcentaje notablemente menor, tiene cáncer de próstata. Por eso, el urólogo, además de dar la asistencia médica, tendrá que asumir la prevención para que se envejezca en las mejores condiciones.

Estas patologías no suelen ser graves, pero son problemas que interfieren con la calidad de vida. Y es curioso observar que también este concepto de calidad de vida está cambiando. Quien envejece hoy lo hace con otras exigencias que hace unos años y quiere que se le resuelvan los problemas que le crean incomodidad como puede ser el prostatismo o la incontinencia...

 

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Apenas 10 de cada 100

Asistir al urólogo es todavía una práctica poco habitual para el hombre. Datos aportados por distintos especialistas cifran en menos del 10% los varones que acuden periódicamente a una revisión urológica. 

Esa revisión es imprescindible para diagnosticar algunos trastornos tan graves como el cáncer de próstata, que con una detección precoz tiene mucho mejor pronóstico. Tanto la calidad de vida como las posibilidades de curación total aumentan hasta en un 85%. Y pensemos que cada año se diagnostican en España alrededor de 15.000 nuevos casos de este tipo de tumor. Se trata del segundo tipo de cáncer con mayor tasa de mortalidad, después del de pulmón.

Cada vez más incidencia

El progresivo envejecimiento de la población ha provocado y provocará aún más, un aumento notable de estos problemas. De hecho, el cáncer de próstata será una de las patologías más frecuentes en los próximos años.

Sin duda, uno de los mejores sistemas para prevenir este tipo de cáncer está en la información y en la toma de conciencia por parte del ciudadano de las necesarias revisiones. La hiperplasia y el cáncer de próstata son muy frecuentes sobre todo a partir de los 50 años. Se debe tomar conciencia de que las consultas periódicas son la única forma de detectar el tumor cuando está localizable. Y desde luego, que los ciudadanos conozcan los síntomas de las patologías prostáticas, los métodos de diagnóstico y las posibilidades de tratamiento.

El cáncer de próstata, la hiperplasia benigna y la prostatitis son las patologías más frecuentes relacionadas con este órgano. 

Prostatitis, hiperplasia benigna y cáncer de próstata

La prostatitis es la infección e inflamación prostática más frecuente en el varón joven y no guarda relación alguna con las otras dos. Requiere un tratamiento farmacológico y el control periódico del profesional para evitar que pueda cronificarse.

La hiperplasia benigna se inicia a partir de los 40 años. La próstata crece progresivamente con carácter benigno. El resultado es que la uretra queda comprimida, lo que dificulta el paso de la orina y provoca, por tanto, alteraciones de micción. La edad es un factor fundamental: afecta a la mitad de los varones a partir de los 50 años y al 80% a partir de los 80. Este crecimiento de carácter benigno constituye la enfermedad más frecuente de la próstata. 

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los países occidentales. Actualmente constituye la segunda causa de muerte por cáncer en el varón. Las medidas para lograr la detección temprana del tumor son dos: la determinación del antígeno prostático específico (PSA), que se precisa en un análisis de sangre, y el tacto rectal (examen digital de la próstata a través del ano).

Un estudio de la Asociación Española Contra el Cáncer reveló que aunque un 70% de los varones españoles con edades entre 50 y 80 años manifestó haber experimentado síntomas propios de enfermedad prostática, solo un tercio había acudido al médico. De ahí la importancia de llevar a cabo campañas dirigidas a concienciar a la población masculina sobre este aspecto.

 

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Diagnóstico precoz

La detección temprana es fundamental si se tiene en cuenta la elevada incidencia de este tumor y el hecho de que su curación pasa por su diagnóstico en fases precoces, es decir, cuando todavía está localizado en la glándula prostática. Desde que se dispone de herramientas útiles para el diagnóstico precoz de este cáncer, han crecido exponencialmente los cánceres diagnosticados, la mayoría confinados en la glándula. Ha crecido la incidencia, han aumentado los tratamientos; pero la realidad es que la tasa de mortalidad específica de este tumor apenas se ha modificado.

Hay que tener en cuenta que en sus fases iniciales es un tumor asintomático. Sin embargo, cuando el paciente experimenta síntomas, la enfermedad ya se ha diseminado impidiendo un tratamiento curativo. En más del 10% de los casos, cuando se detecta el tumor, ya hay metástasis.

Consejos

La mayoría de la gente cree que los problemas prostáticos son cosa de la edad. Y no es así: son cosas de la próstata. Como los síntomas se van instaurando poco a poco se consideran algo normal. Recogemos las normas que recomienda el Dr. Baldomero Quintanilla en su libro sobre la próstata:

- Tenga calma, aunque tarde algunos segundos en comenzar la micción. 

- Orine siempre que sienta necesidad de hacerlo. No aguante nunca durante tiempo la necesidad de orinar.

- No haga ejercicios fuertes o violentos, ni marchas bruscas o prolongadas. Evite montar a caballo, en bicicleta, en moto o en vehículos trepidantes.

- No permanezca mucho tiempo sentado en la misma posición, en butacas cómodas y que desprendan calor. Evite, en lo posible los viajes largos sin paradas o sin poder levantarse.

- Evite las especias, comidas picantes y fuertes, así como los espárragos. No abuse de las bebidas alcohólicas ni carbónicas.

- No exponga su cuerpo a temperaturas bajas sin protección.

- Es bueno mantener relaciones sexuales completas, con regularidad, pero sin excesos.

- No viva pendiente de su forma de orinar o de su próstata, aunque no debe olvidarse de ella. Recuerde que la ansiedad o la tensión pueden originar trastornos en la micción de tipo psicológico.

Sobre el autor:

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña

Ramón Sánchez-Ocaña (Oviedo, 1942) es miembro del Comité Editorial de 65Ymás. Estudió Filosofía y Letras y es licenciado en Ciencias de la Información. Fue jefe de las páginas de Sociedad y Cultura de El País, y profesor del máster de Periodismo que este periódico organiza con la Universidad Autónoma de Madrid. 

En 1971 ingresa en TVE. En una primera etapa se integra en los servicios informativos y presenta el programa 24 horas (1971-1972). Entre 1972 y 1975 continúa en informativos, presentando el Telediario. No obstante, su trayectoria periodística se inclina pronto hacia los espacios de divulgación científica y médica, primero en Horizontes (1977-1979)​ y desde 1979 en el famoso Más vale prevenir, el cual se mantiene ocho años en antena con una enorme aceptación del público.

Tras presentar en la cadena pública otros dos programas divulgativos, Diccionario de la Salud e Hijos del frío, fue fichado por Telecinco para colaborar primero en el espacio Las mañanas de Telecinco y posteriormente en Informativos Telecinco.

Es colaborador habitual de radio, periódicos y revistas, y autor de una veintena de libros, entre los que destacan Alimentación y nutrición, Francisco Grande Covián: la nutrición a su alcance, El cuerpo de tú a tú: guía del cuerpo humano, Guía de la alimentación y Enciclopedia de la nutrición

En 2019 entró en el Comité Editorial del diario digital 65Ymás, en el que colabora actualmente.

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