Manuela Martín
Salud
¿Puedo contraer la tuberculosis y no saberlo?
Si nuestro sistema inmunitario es fuerte podremos controlar la infección y no tener ningún síntoma
Aunque parece una enfermedad de otra época o de países en vías de desarrollo, lo cierto es que cada cierto tiempo siguen apareciendo casos en nuestro país. Pero, ¿a qué se debe? Se trata de una enfermedad que es prevenible y curable y que, en algunos casos, se puede llegar a entrar en contacto con ella y no sufrirla. En este artículo vamos a tratar de explicar por qué.
La tuberculosis es una enfermedad provocada por una bacteria que suele atacar a los pulmones, aunque también puede dañar otras partes del cuerpo.
¿Puedo tener la enfermedad y no sufrirla?
Si nuestro sistema inmunitario es fuerte podrá controlar la infección y, aunque tengamos la enfermedad, no se manifestará en nuestro cuerpo ni tampoco será contagiosa. Esto ocurre porque nuestro organismo es capaz de aislar a la bacteria y curarse sin llegar a tener síntomas nunca.
No obstante, eso no significa que desaparezca el riesgo de desarrollar la enfermedad, ya que hay datos que señalan que un 10% de los pacientes que están contagiados de tuberculosis, pero no se han enfermado, podrían desarrollarla en el futuro. Esto puede ocurrir cuando nuestro sistema inmunitario esté débil. Por ello, es importante tener un sistema inmunitario fuerte, ya que aquellas que lo tienen débil tienen mayor riesgo de contagio y de padecer la enfermedad en caso de entrar en contacto con ella.
Por el contrario, si la infección provocada por la bacteria es fuerte y supera nuestras defensas, es cuando se produce la enfermedad.
Dado que hay personas que aun teniendo la bacteria en su organismo esta no se manifiesta de ninguna forma, la única forma de detectar si tienen la enfermedad es mediante una radiografía de tórax para ver los pulmones, o bien realizar la prueba de tuberculina. En esos casos, es posible que el médico recomiende un tratamiento preventivo.
¿Cómo podemos contagiarnos?
El contagio se produce a través del aire, cuando una persona con esta enfermedad tose, estornuda o habla. No obstante, para contagiarse es necesario una exposición prolongada de varias horas y en ambientes cerrados.
Aunque suele darse en países donde hay más pobreza y falta de higiene, lo cierto es que en los países desarrollados también aparecen casos. Sin embargo, mientras que en aquellos la tasa de mortalidad por esta enfermedad es elevada, en países como el nuestro existen recursos sanitarios y sociales para controlarla y curar a los enfermos.
El tratamiento suele ser a base de antibióticos. Hace años hubo una vacuna que se retiró por su falta de eficacia. Actualmente se sigue investigando en otra y mientras tanto, la principal medida es la detección precoz de los brotes y el control de las personas que hayan podido estar en contacto con la enfermedad.