Salud

¿Qué causa la incontinencia urinaria o la pérdida de orina?

Stefano Traverso

Foto: BigStock

Viernes 8 de marzo de 2024

9 minutos

La incontinencia urinaria (IU) afecta a unas cinco millones de españolas

Pérdidas de orina, ¿qué las causa?
Stefano Traverso

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Viernes 8 de marzo de 2024

9 minutos

La pérdida de orina, que afecta a la mitad de la población, la femenina, ha sido y es una condición "poco abordada" en el sistema sanitario; más aún si consideramos que es un proceso patológico frecuente y crónico.

"Una vez que aparece dura mucho tiempo y en muchas ocasiones empeora con el paso de los meses y años, llegando a ser, incluso, un problema de salud social e higiene por su prevalencia, debiendo ser abordado intencionada y adecuadamente", asegura la doctora Carmen González Enguita, jefa corporativa del Departamento de Urología de los Hospitales Universitarios Fundación Jiménez Díaz, Infanta Luisa, General de Villalba y Rey Juan Carlos.

Según el informe del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), se trata de un problema que afecta a unas cinco millones de españolas, de las que alrededor de un 80% nunca ha consultado con un médico; lo que la convierte en una patología infradiagnosticada y, en muchos casos, infratratada.

Si miramos hacia el pasado observaremos que ha sido una enfermedad oculta, "asumida por la propia mujer como algo natural, como condición de la menopausia o como situación biológica en el proceso evolutivo del envejecimiento", reflexiona la doctora.

"Además -continúa-, las mujeres, y los hombres, no piden cita a su uróloga por vergüenza o por estimar que no existen soluciones eficaces; sentimiento y mito que les lleva a un gran deterioro de su calidad de vida, en todos los ámbitos; desde la parte física a las relaciones sociales y laborales pasando por el deterioro de sus relaciones de pareja y su sexualidad, su intimidad", agrega.

La incontinencia urinaria, que afecta junto a la incontinencia fecal a unas 10 millones de personas, solo en España, limita la autonomía personal y la autoconfianza, altera la autoestima y puede provocar ansiedad, estrés, aislamiento familiar, laboral o social, provocando estados de depresión.

El sistema nervioso y la vejiga, claves en la incontinencia urinaria

Desde los dos o tres años de vida del bebé, la vejiga adquiere su doble funcionalidad, llenado y vaciado, en el almacenamiento constante de la orina, producto final del metabolismo celular, que es filtrado por el riñón. La micción es un proceso dinámico muy preciso y muy bien articulado, tanto por el sistema nervioso como por un potente soporte anatómico, el suelo pélvico.

"Con el perfecto funcionamiento de ambos sistemas y la fuerza de nuestra voluntad se controla la precisión de la dinámica de la continencia y la micción, es decir, la capacidad de no perder orina durante el proceso de llenado, estar secas, y orinar o vaciar la vejiga por completo", apunta la uróloga.

La inmensa mayoría de los escapes de orina son debidos a la relajación del esfínter, a un daño neurológico –afectación del nervio pélvico– o, lo más habitual, a fallos en los elementos ligamentosos y fibromusculares del suelo pélvico, ya sea por un embarazo, el parto, la edad menopáusica o el envejecimiento; a lo que hay que añadir la facilidad del proceso por la anatomía uretral femenina, ya que esta es más corta que la uretra del hombre.

 

Pérdidas de orina, ¿qué las causa?

 

"Ocurre que, en determinadas situaciones, la doble dinámica de vaciado y llenado pierde su perfecto control, regulación y soporte, y sin querer se producen pérdidas de orina en los momentos en los que 'no toca' miccionar: la incontinencia puede ser de Esfuerzo, de Urgencia y Mixta", relaciona la doctora González Enguita.

La Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (IUE) es aquella pérdida de orina que se produce cuando ocurre un aumento de la presión abdominal y la uretra pierde el control del mecanismo esfintereano, lo que en la vida diaria se produce al reír, llorar, estornudar, toser, agacharse, coger peso, caminar, correr, práctica de ejercicio físico, etc. En estas situaciones se pierde la función de la acción del esfinter, el que abre y cierra la uretra al orinar, y la pérdida de orina es inevitable.

La Incontinencia Urinaria de Urgencia (IUU) se produce por contracciones involuntarias del músculo detrusor de la vejiga –la pared de la vejiga– en la fase en la que ésta se está llenando, es decir, cuando 'no le toca' vaciarse. La vejiga se contrae sin la mediación de la orden cerebral.

En muchas ocasiones se debe a trastornos neurológicos, pero en otras, laa causaa son más comunes: inflamación de la vejiga por una infección, o porque la uretra se cierra, y obliga al músculo de la vejiga a realizar contracciones más fuertes para expulsar la orina (orinar).

Es muy característico que la IUU sea consecuencia de ciertos estímulos provocativos como es abrir un grifo y/o escuchar el correr del agua; o muchas veces al llegar a la vivienda subiendo las escaleras o en el ascensor, o al intentar introducir la llave en la cerradura de la casa con la ansiedad de tener que llegar al inodoro.

"Las mujeres afectadas por incontinencia urinaria de urgencia (IUU) limitan sus salidas a la calle por tener que estar siempre pendientes de encontrar un baño en el momento que lo necesitan, o tienen que levantarse muchas veces durante la noche a orinar (nocturia), lo que impide el adecuado descanso; hábito involuntario que conlleva otras consecuencias", destaca.

¿Y todas las mujeres sufrirán en algún grado la incontinencia urinaria (IU)?

"No, no todas. Se habla de una prevalencia de entre 10% y 25% en mujeres adultas, según las series que se consulten. Pero yo diría que muchas lo padecerán, aunque sea de manera temporal, en algún momento de su vida", subraya la Dra. González Enguita.

"Sin tener una causalidad directa, se sabe que la IUE está favorecida por el embarazo, los partos, la obesidad, el tabaquismo, la fortaleza del suelo pélvico... entre otros motivos; y que la IUU puede estar condicionada por algún desorden metabólico o neurológico, como puedan ser la diabetes, la esclerosis múltiple, los accidentes cerebrovasculares (ictus), el deterioro cognitivo (demencia, párkinson) ... LA IUU constituye, en estos casos, un síntoma de la llamada vejiga hiperactiva", destaca.

 

Dra. Carmen González Enguita

Dra. Carmen González Enguita

 

"Sin embargo –añade–, en la mayoría de las pacientes las causas de la IUU son idiopáticas, es decir, sin conocer un motivo claro o exacto del porqué se producen". La ausencia de un motivo concreto, así como los diferentes tratamientos según el tipo de IU, fundamenta que la Urología estudie y diferencie una incontinencia urinaria de otra, y determine un análisis exhaustivo de aquellas situaciones mixtas".

El diagnóstico es sintomático debiendo de profundizar en detalles durante la entrevista clínica, pudiéndose apoyar en los estudios poco invasivos pero indoloros que aporta la urodinamia. El estudio urodinámico permite diagnosticar y analizar la incontinencia urinaria de la mujer, o del hombre, por diferentes causas, lo que será de gran ayuda a la hora de determinar los diferentes tratamientos.

La incontinencia urinaria (IU) de las mujeres no es problema asociado a la edad que se deba considerar "normal", ya que ese momento "desafortunado e involuntario" es una enfermedad que se puede y se debe curar con cambios en el estilo de vida, cambios miccionales, lo que denominamos reeducación vesical o miccional, realizando ejercicios de rehabilitación del suelo pélvico, fisioterapia, con fármacos o con cirugía.

Todos los tratamientos pasan, primero, por un correcto diagnóstico, o dicho de otra manera, un buen diagnóstico favorece el éxito de un tratamiento bien seleccionado. El diagnóstico comienza en la entrevista con la paciente, realizando de manera minuciosa la anmnesis. La mujer detalla los síntomas que padece en relación con la IU y cómo le afectan en su vida íntima, de relación, social o laboral o cómo provoca deterioro en su calidad de vida.

El tratamiento comienza con una fase de inicio educacional, en el sentido de evitar o mejorar aspectos de su vida que le van a ayudar a ordenar costumbres, hábitos, estilos y/o comportamientos que de ser tomados en serio van a mejorar mucho la IU por la que consulta, teniendo en cuenta además que son imprescincibles de llevar a cabo para garantizar el éxito de los tratamientos específicos y concretos de cada caso (rehabilitación del suelo pélvico, farmacología o cirugía).

Entre los consejos y recomendaciones que se facilitan se encuentran:

  • Reeducación vesical: habituarse a tener micciones pautadas, frecuentes y con intención de "vaciar completamente la vejiga". Orinar sin prisas, evitando dejarse en la vejiga orina como residuo post-miccional.
  • Relajar la musculatura del suelo pélvico durante la micción, lo que solo se consigue sentándose adecuadamente en el inodoro.
  • No inhibir (frenar o interrumpir) el reflejo de la micción, lo que significa demorar la decisión de ir a orinar en el momento en el que aparece el deseo miccional.
  • Ejercitar la musculatura del suelo pélvico para fortalecer esa zona tan importante en la dinámica de la continencia. Estos ejercicios deberán ser precisos y apropiados. Se aprenden en las Unidades de Rehabilitación y Fisioterapia de Suelo Pélvico. Para alcanzar la mejoría deseada es muy importante ser constante y disciplinados para que de una manera continuada se adquiera la fortaleza física corporal necesaria.
  • No dejar de beber agua (recomendable 1,5 l de agua al día) pero eso sí, ingerirla en pequeñas cantidades a lo largo del día, hábito muy saludable que suelen abandonar muchas mujeres que sufren incontinencia de orina de urgencia (IUU) por miedo a tener cada poco la vejiga llena, lo que les aumenta el deseo miccional y la frecuencia así como la posibilidad de perder orina de manera inesperada.

Aquellos casos de Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (IUE) –leve, moderada o grave– que no se resuelve con un tratamiento conservador, se les ofrece cirugía mediante técnicas sencillas realizadas por vía vaginal: "Se coloca una cinta muy corta y estrecha debajo de la uretra, que la soporta en el momento del aumento de la presión abdominal para impedir la perdida de orina al esfuerzo", explica la uróloga.

La Incontinencia Urinaria de Urgencia (IUE), tras instruir e insistir en llevar a cabo las medidas educacionales como primera medida, y tratamientos físicos, se trata mediante fármacos (anticolinérgicos/antimuscarínicos, agonistas de Beta3, etc.) que regulan las contracciones vesicales responsables de la pérdida de orina. Prescriben de manera habitual (99% de los casos), obteniendo buenas respuestas en la mayoría de los casos si bien es necesario que las pacientes cumplan dos requisitos: ser constantes, es decir, no abandonar, no dejar de tomarlos (adherencia terapéutica) algunas semanas y tener paciencia, puesto que el proceso puede tardar en alcanzar la mejoría algunas semanas y tener que mantenerlos varios meses.

En un segundo escalón terapéutico de la IIU, también pueden ayudar la electroestimulación de la vejiga mediante procesos de neuromodulación o la inyección de toxina botulínica en la pared de la vejiga.

Sobre el autor:

Stefano Traverso

Stefano Traverso

Stefano Traverso es licenciado en Ciencias de la Comunicación en la USMP de Perú; con un máster en Marketing Digital & E-commerce en EAE Business School de Barcelona. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación en Perú, especializándose en deporte, cultura y turismo.

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