¿Qué es la hidroxicloroquina?, la controvertida cura del coronavirus
Miércoles 8 de abril de 2020
ACTUALIZADO : Miércoles 8 de abril de 2020 a las 11:28 H
7 minutos
Se ha demostrado su eficacia in vitro pero tiene efectos secundarios para los grupos de riesgo
Miércoles 8 de abril de 2020
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Desde que comenzó la crisis del coronavirus, lo que más ha obsesionado a médicos y científicos de todos los países ha sido una sola cosa: lograr una cura o vacuna lo antes posible. Y es que todos los epidemiólogos saben que, a parte de las medidas de distanciamiento social, es necesario trabajar sobre tres ejes: en lo inmediato, buscar tratamientos para las personas enfermas; luego, vendrían las estrategias de vacunación para impedir nuevas infecciones y, por último, la investigación fundamental para entender mejor los mecanismos del virus y mejorar lo creado.
Aunque sobre la vacuna todavía queda mucho por investigar y ensayar, sí que se han descubierto ciertos principios activos que pueden ayudar al organismo a combatir el virus. Uno de estos, el más prometedor al igual que polémico, es la hidroxicloroquina.
Reconocida por la FDA (Food & Drug Administration) en 1955, se trata de un medicamento que se usa, generalmente, para tratar diferentes enfermedades como la malaria (paludismo), la artritis reumatoide, el lupus discoide crónico y el lupus eritematoso sistémico. Además, este principio no sólo se utiliza para curar, en el caso de la malaria también se puede administrar de manera profiláctica (es decir, para prevenir una infección). Normalmente, se suele comercializar en forma de sulfato de hidroxicloroquina bajo el nombre de Plaquenil, producido por Sanofi Adventis (@SanofiES).
Cómo actúa esta sustancia en el cuerpo es todavía, en parte, un misterio. Lo que sí que se sabe, es que la hidroxicloroquina altera el pH de los lisosomas, que son las partes de las células que actúan como destructor de residuos tóxicos mediante la acidez.
¿Cómo afecta al coronavirus?
Varios estudios sugieren una actividad antiviral de este principio activo que parece tener un potencial de inhibición de la infección y de propagación del virus, algo que ya pasó con el SRAS Cov-1 de la epidemia de 2003. Pero para entender su acción, hay que comprender el proceso de infección.
Para entrar e infectar una célula, el virus necesita enlazar sus picos (spikes) con un receptor celular denominado ACE2, que fue identificado al comienzo de la pandemia y cuyo hallazgo se publicó el 3 de febrero en la revista científica Nature.
Una vez hecho este descubrimiento, un equipo científico chino demostró, posteriormente, que la hidroxicloroquina lograba inhibir los receptores ACE2, lo que impediría la entrada del virus y, con ello, la infección.
División en el mundo científico
Sin embargo, la hidroxicloroquina divide al mundo científico y ha creado una enorme controversia respecto a su eficacia. Y para entender por qué, hay que remitirse a las investigaciones del científico francés, Didier Raoult, director del Instituto Hospitalo-Universitario (IHU) Mediterráneo Infección de Marsella, que se ha vuelto toda una referencia en lo que a coronavirus y este principio activo se refiere. Es más, incluso se ha convertido, en cierto modo, en un influencer en las redes sociales, al publicar sus hallazgos en YouTube.
Así, pese a que los resultados con pacientes portadores del virus son alentadores, no son prueba suficiente como para decir que este medicamento tiene eficacia probada contra el SRAS Cov-2. Y es que Raoult y su equipo han sido muy criticados por la comunidad científica por la escasez de cohortes tratadas y por el poco rigor de sus estadísticas, aunque sí que lograron demostrar, a finales de marzo, la eficacia de la hidroxicloroquina contra el virus SRAS Cov-2 in vitro, es decir, en laboratorio.
Pero, sobre todo, lo que hace tan controvertida esta hipotética cura son sus efectos secundarios en personas con patologías previas: puede causar hipoglucemia aguda, es especialmente peligroso para los diabéticos y tiene efectos sobre el corazón. De hecho, ya son varios los casos de personas fallecidas en EEUU y Francia por tomar este principio activo sin prescripción médica.
Otras posibles curas
Con todo, la hidroxicloroquina no es la única posible cura para el coronavirus. El Remdesivir, un medicamento antiviral de largo espectro, ha demostrado su eficacia contra los virus ARN como el SRAS Cov-2, tanto in vitro como en ratones y primates. Además, esta sustancia ya demostró ser efectiva contra el ébola (hasta 100% de protección) y está en fase de desarrollo clínico para el SRAS Cov-2.
En concreto, el medicamento actúa en una etapa post-entrada del virus, al contrario que la hidroxicloroquina. Según denotan los estudios, interfiere en la replicación del patógeno dentro de la célula. Italia, Francia, Alemania y España ya participan en dos ensayos en colaboración con el gigante de la industria farmacéutica Gilead Sciences para demostrar su eficacia.
Otro de los tratamientos posibles es Kaletra, un anti-retroviral usado normalmente contra el VIH para reducir y eliminar la carga viral. No obstante, algunos ensayos sobre pacientes con una infección muy adelantada no han tenido resultados muy prometedores. Aun así, el conjunto Kaletra con interferones-β (moléculas inmuno-moduladores anti-virales) podría aumentar el efecto contra el virus.
Finalmente, cabe destacar que se ha intentado combatir la infección con células somáticas, sobre todo para tratar la insuficiencia respiratoria o con células de nematodos Caenorhabditis elegans, unos pequeños animales que viven en la arena de playa, que se ha demostrado que llevan mucho más oxígeno que los glóbulos rojos humanos. Y, por último, otro de los descubrimientos más recientes ha sido utilizar suero sanguíneo de pacientes ya curados en sujetos infectados. De momento, los resultados han sido bastante prometedores.
Hélène Riveiro es microbióloga.